El INTA y la Universidad de Lomas de Zamora estudian los caños de las plagas insectiles para obtener datos que permitan revertir la situación.

Dos organismos públicos llevaron a cabo un estudio del impacto de las plagas insectiles en los cultivos de soja y maíz. El INTA y la Universidad de Lomas de Zamora analizaron el rendimiento del grano, tamaño y calidad de semillas, luego ser afectados por insectos.

Tanto el girasol como la soja son cultivos sensibles al ataque de plagasfitófagas hemípteras pentatómidas, como las chinches, durante las etapas reproductivas, aseguraron quienes llevan a cabo el estudio.  Por su parte, en la soja son más frecuentes las chinches verdes (Nezara viridula L.) y la chinche de la alfalfa (Piezodorus guildinii Westwood), en el girasol se observan picos poblacionales crecientes de chinche diminuta (Nysius simulans Stål).

 “Las chinches afectan no sólo el rendimiento, sino también la calidad de la semilla al picar las vainas y los granos. Eso disminuye su vigor al provocar muerte de tejidos, permitiendo también el ingreso de virus u hongos”, señaló a Argentina Investiga la directora del proyecto, Déborah Rondanini. Por este motivo, la investigación realizó ensayos a campo en lotes de soja en Buenos Aires y lotes de girasol en INTA Hilario Ascasubi.

SOJA

Los investigadores señalaron que la chinche presenta problemas en el cultivo en dos momentos: cuando la planta es pequeña y durante la etapa reproductiva. En este sentido, Rondanini comentó que en el primer momento el ataque puede matar a la planta, mientras que en el segundo coincide con el pico poblacional de la chinche.

El proyecto obtuvo los primeros resultados, que reflejaron que hasta con tres chinches por metro lineal  se producen efectos en la calidad de la semilla. Los efectos son más notorios en semillas ubicadas en los estratos medio y superior del cultivo, que son justamente las zonas de mayor preferencia alimenticia de las chinches”, destacó la investigadora.

En el caso de que el número de chinches por metro sean cuatro, en los estadíos R4 a R8, afecta en el peso y la estructura externa de las semillas. Además,  modificado la proporción de semillas viables, picadas y no viables, reduciendo la germinación un 37, 42 y 57 por ciento en los estratos inferior, medio y superior del cultivo, respectivamente; resaltaron en el estudio.

Rondanini explicó en el estudio que el estrés generado por agresiones externas puede afectar la germinación. “En general, la capacidad de germinar en condiciones adversas es la primera en verse afectada, mientras que un estrés significativo puede afectar también el poder germinativo”, explicó.

GIRASOL

Este cultivo se ve afectado comúnmente por la chinche diminuta. Desde el proyecto señalaron que en los últimos 5 años se observaron ataques importantes en la producción de semilla híbrida.

Miguel Cantamutto, integrante del proyecto, detalló que los ataques en estados reproductivos tempranos (previos a llenado de granos) no afectan la calidad física de la semilla. “Los ataques durante llenado y madurez (R6-R9) disminuyen significativamente el peso de semilla un 4% (con 100-200 adultos por capítulo), la viabilidad se reduce al 95% y la proporción de semillas picadas alcanza 41%”, señaló.

Ante esta situación, los especialistas resaltan la importancia de generar controles que tengan un impacto económico bajo. En este sentido, señalaron que no solo se basa en el control químico sino que requiere un conjunto de acciones, como la elección de la fecha de siembra.

Fuente: INTA