Todos los ojos están puestos en los números del Indec, que publicará este miércoles el índice de pobreza de la segunda mitad de 2019.

Las estimaciones aguardan que se mantenga en torno al pico del semestre previo, es decir, alrededor del 35/36%, lo que consolidaría el fuerte aumento experimentado en la gestión de Cambiemos, que dejó a unos 16 millones de argentinos sin poder satisfacer sus necesidades básicas y a varios millones más en situación de vulnerabilidad.

Esta realidad opera como un caldo de cultivo en momentos en que el parate de la actividad dispuesto para contener el avance del coronavirus podría disparar otro fuerte deterioro de los indicadores sociales, pese a las medidas paliativas anunciadas por el Gobierno.

El último dato oficial muestra que, tras el estallido de la crisis en 2018, la pobreza alcanzó el 35,4% y la indigencia el 7,7% en el primer semestre del año pasado. Esto implicó la creación de 3,5 millones de nuevos pobres en sólo doce meses.

El econometrista Martín Rozada, que elabora una estimación de actualización mensual a partir de datos oficiales, calculó que en la segunda mitad de 2019 la pobreza se mantuvo prácticamente estable y quedó en 35,1%. Otros analistas especializados aunque sin medición propia para ese período, le dieron crédito a ese número.

Rozada explicó que la medición del Indec se realiza de forma semestral para evitar las distorsiones que genera el aguinaldo en los trimestres impares. Señaló que en el tercer trimestre de 2019 hubo una tasa de alrededor del 33% y que, tras la devaluación de agosto, en el cuarto dio 37%.

En el comienzo de 2020, el deterioro no se detuvo. Impulsada por el impacto de la reinstauración del IVA en los alimentos de la canasta básica, la pobreza subió al 36,1% en el semestre móvil agosto-enero y al 36,8% en septiembre-febrero, según el econometrista.

Con el aislamiento obligatorio, el quiebre de ingresos para los trabajadores informales y cuentapropistas, que recibirán un bono de $10.000 en abril y podrían recibir otro en mayo, y varios millones de empleos en riesgo, a partir de marzo el cuadro social empeorará.

"Uno espera que la tasa crezca. No de forma explosiva porque las medidas del Gobierno compensarán un poco, pero va a ser más alta en el primer semestre", advirtió Rozada. Y sostuvo que los paliativos anunciados van a contener más la suba de la indigencia que la de la pobreza.

Con una economía mundial camino a la recesión, el flagelo se extenderá a escala global. De hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de ONU (Cepal) alertó días atrás que la región podría sufrir la caída de 35 millones de personas en la pobreza.

Sin precisiones acerca de qué países tienen mayores riesgos al respecto, Alicia Bárcena, la secretaria ejecutiva del organismo, señaló que son positivas las medidas desplegadas en varios países para contener el impacto social de la coronacrisis, como el ingreso familiar de emergencia dispuesto por Alberto Fernández en Argentina, aunque enfatizó: "Hay que implementar transferencias monetarias lo más universales posibles".

Y planteó que no deben limitarse "a los hogares pobres", sino que hay que proteger a los estratos de la población que "son muy vulnerables a caer en ella".