La recesión  profundiza sus efectos y suma números negativos en la vísera más sensible de la economía, el consumo. El Indec publicó los datos del mes de octubre que dieron una caída del 10% en las ventas de los supermercados y del 18,6% en el de los shoppings en la medición interanual.

La explicación es simple. El gobierno, con su programa de ajuste monetario sacó los billetes de circulación y las pocas personas que tienen capacidad de ahorro en el país la llevaron a los bancos buscando tasas de interés altísimas. Así, no hay dinero para la inversión productiva y menos para el consumo.

Y tampoco para los salarios, que son los principales impulsores del consumo. La caída del salario real, según el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), fue del 15% interanual en noviembre, producto de un bimestre récord en materia de inflación, que según el IPC fue de 6,5% en setiembre y de 5,4% en octubre, con un 3% más en noviembre.

El futuro no luce muy prometedor. La consultora ACM dijo al respecto, "la tendencia de deterioro del consumo seguirá hacia adelante. En los meses que siguen las altas tasas de interés junto con la continuidad del traslado a precios de la devaluación seguirá incidiendo en el consumo masivo y en especial de bienes durables por lo que esperamos que las ventas minoristas sigan mostrando variaciones interanuales negativas".