El 45,9% de las personas mayores de 60 años que perciben jubilación o pensión no utilizan el cajero electrónico y cobran por ventanilla, independientemente de que tengan tarjeta o no.  Ese porcentaje aumenta al 67,4% en los sectores económicamente más vulnerables.

"En condiciones normales casi la mitad de los y las jubiladas de las áreas urbanas del país se movilizan mensualmente hacia el banco de referencia para el cobro de haberes", señaló el documento académico.

Así lo precisó un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre las "Desigualdades sociales en tiempos de pandemia" por el coronavirus Covid-19, apenas unos días antes de que los bancos abran sus puertas para que los jubilados puedan ir a cobrar sus haberes por caja, con turno y sin aglomeraciones.

Un porcentaje algo menor, el 36,9%, no usa tarjeta de crédito ni débito en sus compras, por lo que de esa manera tampoco acceden a la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que rige actualmente con un tope de hasta 700 pesos mensuales.

Esta situación, dijo el ODSA de la UCA, indica la necesidad periódica de efectivo para al menos uno de cada tres mayores en general y casi dos de cada tres en los sectores económicamente más vulnerables.

En ese contexto, el informe señala la particular situación de las personas mayores en el actual contexto de pandemia apuntando fundamentalmente a la necesidad de mayores apoyos instrumentales pero también afectivos, fundamentalmente en aquellos mayores que viven solos.

Las personas en general y las personas mayores en particular pueden necesitar de ayuda para las tareas cotidianas y más aún en contextos de aislamiento.

Si bien es menor al 10% el porcentaje de personas mayores que no cuentan con un familiar cercano, al menos uno de cada tres mayores declara que no cuenta con ninguna persona que le ayude con las tareas cotidianas cuando así lo precisa.

Además, un 15,3% de las personas mayores declara que se siente sola y también el sentimiento de soledad es mayor entre los y las mayores de hogares más vulnerables, según el mismo informe del ODSA.

"Este aspecto es de fundamental importancia no sólo por la asistencia instrumental requerida sino, por la satisfacción de necesidades afectivas fundamentalmente en los hogares unipersonales", concluye el informe.