Hace algo más de una semana se publicó en el Boletín Oficial una nueva normativa que modifica los decretos reglamentarios de la ley de Residuos Peligrosos, permitiendo el ingreso de “sustancias y objetos” procedentes de otros países, que puedan ser utilizados para otras finalidades o para los que exista un mercado o demanda específica.

Frente a lo que se considera una apertura indiscriminada a la entrada al país de basura peligrosa, tanto en términos ambientales como de impacto económico, se elevaron muchas voces críticas.

El decreto presidencial 591/2019, firmado el pasado 27 de agosto por el Presidente Mauricio Macri, el Jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Producción Dante Sica (curiosamente, no por el secretario de Medio Ambiente), modifica el decreto 181/1992, establecido luego del estallido del escándalo por la importación de residuos radiactivos durante el gobierno del ex presidente Carlos Menem.

El texto hoy invalidado por el nuevo decreto establecía que para la importación de residuos se debía pedir una autorización de la autoridad ambiental competente (hoy el ex ministerio y actual Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, encabezada por el rabino Sergio Bergman).

Juan Trebino, subsecretario de Fiscalización y Recomposición de la Secretaría de Ambiente de la Nación, justificó la medida explicando: “La importación de residuos está totalmente prohibida. Lo dice la Constitución, lo dicen las leyes y lo dice este decreto. Pero no podemos seguir viendo a los residuos como en los ’90, son recursos.

El decreto 181 de 1992 respondía al ingreso de todo tipo de residuos, especialmente residuos nucleares y baños químicos. Con los años los países ya no emiten certificados de inocuidad y muchas corrientes ingresaban a la Argentina y encontraban un escollo muy grande para poder ingresar”.

Trebino también sostuvo que la medida sólo apunta a flexibilizar el ingreso de ciertos insumos para la industria que nuestro país no produce en cantidad suficiente (tales como el scrap de aluminio para la industria automotriz, el caucho de cierta granulometría o la chatarra).

Y añadió: “Lo único que estamos haciendo es regularizar una situación de hecho que actuaba como una barrera de producción. Hace cuatro años Estados Unidos dejó de emitir certificados de inocuidad. Ahora, además, debe haber una resolución conjunta de Producción y de Ambiente para permitir los ingresos. A eso se suma el control aduanero”.

Sin embargo, las voces críticas aseguran que el problema es mucho más grave. Enrique Viale, abogado ambientalista, detalló: “La norma es preocupante porque elimina el requisito de inocuidad y peligrosidad de origen, entonces cómo podemos estar seguros de que no ingresen residuos peligrosos. Incluso va en contra de lo que establece la Constitución Nacional. No se puede entender, además, que atenta contra la generación de reciclables del propio territorio”.

El especialista también sostuvo que el decreto puede ser inconstitucional: “El decreto de Macri viola dos principios: uno es el de no regresión ambiental, no se puede retroceder en el derecho, es algo vinculado a los derechos humanos. El otro principio que viola es el de progresividad, porque así como no se puede retroceder, se debe legislar hacia adelante. La ley es estricta y con esto se flexibiliza”.

En este sentido, ya legisladores nacionales opositores como Fernando Asensio, Fernando ‘Pino’ Solanas y Gabriela Cerruti presentaron, con el aval de otros diputados, un proyecto para anular el decreto del Gobierno. Desde sus redes sociales, Solanas planteó: “Macri busca que pasemos del ‘granero’ al basurero del mundo. No lo vamos a permitir”. Y confirmó la presentación de un proyecto “para evitar que se aplique el disparatado decreto de Macri que flexibiliza la importación de basura en la Argentina”.

“Es inconstitucional  e irracional ambiental y económicamente”, detalló.
Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), Estados Unidos genera más de 250 millones de toneladas de residuos por año, de los cuales cerca de un tercio se recicla y utiliza como abono. China absorbía alrededor de un 40% de las exportaciones anuales de residuos de papel, plásticos y otros materiales reciclables de EEUU, pero en julio de 2017, el país asiático informó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que ya no recibiría tanta basura importada.

En enero del año pasado, se comenzaron a aplicar importantes restricciones a la importación de una veintena de materiales de reciclaje diferentes, como plástico y papel mixto, a menos que cumplan con nuevas y estrictas normativas nacionales. Entre ellas que los materiales tienen que estar limpios y sin mezclar, algo que encarecería notablemente la disposición de residuos para los países como Estados Unidos, que se decidió a buscar destinos menos exigentes para su basura.

También la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR), que integra la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), rechazó el decreto considerando que su impacto económico y ambiental podría ser “de dimensiones catastróficas”.

Luego alertaron sobre el peligro de que nuestro país pase a ser “el basural del mundo” y recuerda que hace aproximadamente un año China “cerró la importación de estos residuos debido a que entre los materiales reciclables recibían todo tipo de residuos imposibles de ser procesados”.

Según los cartoneros y recicladores, con el decreto Argentina “abre sus puertas para recibir las miles de toneladas de basura que tienen acumuladas de los containers que les rebotaron del gigante asiático”.

Desde la Federación concluyeron explicando que en nuestro país “hay alrededor de 150000 cartoneros que trabajan en basurales y en la calle sin derechos ni acompañamiento del Estado”. Y añaden: “Desde que asumió el Bergman venimos pidiendo la intervención de Ambiente para mejorar las condiciones de trabajo y así potenciar el trabajo ambiental que hacen los recicladores.

Sin embargo, lejos de acompañar a los más humildes y fomentar que el material recuperable vuelva a la industria nacional, el decreto quita controles para favorecer importaciones de basura”.