En pleno derrumbe de la economía, la destrucción de puestos de trabajo asalariado formal del sector privado se aceleró en septiembre, al caer 0,4% contra agosto y 2,2% interanual, de acuerdo a los datos del SIPA, que presentó el Ministerio de Producción.

Esto significa que 22.700 personas quedaron en la calle durante ese mes, en el que se contabilizaron 138.700 puestos menos que un año atrás. Se trata del tercer peor dato mensual de los últimos once años en la categoría conocida como "empleo de calidad", ya que reconoce todos los derechos laborales y brinda mayor estabilidad.

Con este declive, la cantidad de asalariados privados, que en los meses previos ya se ubicaba por debajo del nivel de 2013 y 2014, retrocedió hasta alcanzar el mismo nivel del último cuatrimestre de 2012. Es decir, llegó a su peor nivel en siete años, un período en el cual la población creció entre 7% y 8%. Sólo durante los cuatro años de Gobierno de Cambiemos se perdieron casi 200.000 puestos de calidad al pasar de 6.238.000 en septiembre de 2015 a 6.042.000 en el mismo mes de este año.

En el mismo período, el empleo registrado total tuvo un muy leve crecimiento del 1% (contra un 4% de expansión poblacional) a raíz de la creación de 127.000 cupos laborales. Estos números muestran una tendencia a la precarización: mientras los trabajos privados plenos de derechos cayeron 3,1%, el empleo en el Estado creció 4%; la cantidad de monotributistas, 10,5%; y el trabajo doméstico, 12,3%; mientras que los registros de autónomos y monotributistas sociales no mostraron grandes variaciones.

Para peor, los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales, un predictor del SIPA que también difundió ayer el Gobierno, muestran que en octubre la tendencia empeoró. Según las 3.500 empresas consultadas, el mes pasado la cantidad de puestos de trabajo privados cayó 2,6% interanual y 0,4% mensual.

El subsecretario de Desarrollo Productivo, Bernardo de Astarloa, vinculó los malos datos de septiembre a la caída de la economía, que ese mes fue del 1,6% mensual sin estacionalidad. "Las actividades que explican casi toda la caída son las ligadas al mercado interno", señaló, en alusión a la profundización del deterioro del consumo y del poder de compra a raíz de la devaluación de agosto.

De los 138.700 puestos de calidad perdidos en el último año, 134.100 corresponden a los cinco sectores que más personas ocupan, todos ellos muy ligados al mercado interno: el comercio expulsó 41.300 trabajadores (el 3,6% interanual); la industria manufacturera, 51.300 (4,5%); las actividades inmobiliarias y empresariales, 6.400 (0,8%); el transporte, 16.000 (2,9%); y la construcción, 19.100 (4,2%).

En particular, se destaca la actividad fabril, que arrastra una sangría ininterrumpida durante toda la gestión de Mauricio Macri, en la que se destruyeron 158.000 empleos, el 12,5% del total. Mientras que la construcción, la rama más volátil a los ciclos económicos debido a su convenio colectivo de trabajo más flexible, expulsó 11.400 obreros sólo durante septiembre.