La corrida cambiaria y la estampida de capitales de los activos argentinos se llevó ayer US$810 millones de las reservas y sólo tres días el país perdió US$2.078 millones.

Las ventas de divisas del Banco Central, sumadas a la fuga, mellaron las arcas públicas a un ritmo que los analistas consideran insostenible y, para peor, no lograron contener al dólar, que se disparó 34,2% hasta el récord de $63.

Como un revival de los tiempos de Luis "Toto" Caputo, los economistas advierten que la entidad que hoy conduce Guido Sandleris persigue de atrás a un tipo de cambio que se escapa.


El 16 de julio, el Fondo Monetario Internacional depositó en el BCRA US$5.382 millones correspondientes al último desembolso y las reservas llegaron a US$68.739 millones.

En menos de un mes, se perdió el 84% de esos dólares entre fuga, pagos de deuda e intervenciones cambiarias. Y casi el 40% se fue los tres días de la actual corrida, que se desató tras las PASO en un contexto de gran debilidad política del Gobierno y fragilidad económica. Hoy la cantidad de dólares que hay en el Central es 64.232 millones.

En las últimas horas, la autoridad monetaria subastó US$308 millones para intentar moderar un salto cambiario que igual superó el 8% diario. Pero la caída de las reservas fue de US$810 millones ya que, además, se fueron divisas por el retiro de depósitos de los bancos, la fuga. Aunque el detalle no se conoce porque el BCRA dejó de publicarlo cuando el FMI avaló la venta de sus dólares.

La sangría podría acentuarse este viernes, cuando impacte el pago de US$541 millones a los tenedores privados de Letes que en la licitación del martes decidieron no renovar, cobrar e irse ante el temor de que el vaciamiento de las arcas públicas derive en un pronto default. Según el analista financiero Christian Buteler, ese día podrían perderse otros US$1.000 millones.

"No se puede mantener un ritmo de pérdida de reservas como el actual hasta diciembre porque si se proyectan los US$800 millones de ayer, son unos 16.000 millones al mes. Es una barbaridad; en Argentina, la fuga de capitales promedio ronda ese número pero al año. Uno piensa que esto son jornadas atípicas porque es el impacto más grande de la corrida. Si esto llega para instalarse, es inviable", advirtió el director del CESO, Andrés Asiain.

En el hipotético caso de que se sostuviese la misma magnitud de derrape diario, en diciembre las divisas se agotarían.

Tras las primarias, el CESO elaboró tres escenarios posibles para las reservas. En el caso optimista de que la situación se estabilice rápidamente, en diciembre quedarían US$60.107 millones, menos de los US$62.000 millones que prevé el acuerdo con el Fondo.

En caso de que la corrida cambiaria se prolongue sin agudizarse, las reservas caerían 20% y terminarían el año en US$51.787 millones. Mientras que si la huida se transformara en una corrida bancaria, con retiro de los dólares de las cuentas bancarias y desarme de los plazos fijos, el Central perdería casi la mitad de las divisas que hoy tiene y quedarían sólo US$34.835 millones.

Sin embargo, este último escenario no contempla en su proyección la posibilidad de un menor rollover de las Letes (el martes fue de apenas e 39%) ni complicaciones para cobrar el próximo desembolso del Fondo, que debería llegar en septiembre, factores que los analistas recién ahora están calculando.