El espacio corresponde a la Universidad Nacional de La Plata y la distinción obedece al valor arquitectónico del edificio emplazado en la manzana céntrica de 48, entre 6 y 7 y los aportes de casa de estudios platense en la transformación y jerarquización del centro de la ciudad.

Su renovada existencia contribuye además a ordenar el funcionamiento académico de UNLP y multiplicar las actividades científico-culturales que representan un aporte significativo para la capital bonaerense.

Cabe recordar que el emblemático inmueble céntrico -donde funcionaron las Facultades de Humanidades, Derecho y Psicología- actualmente alberga una sede de Posgrado con un total de 60 aulas, y disponible para todas las facultades, un Centro Multimedia donde funciona TV de la UNLP y próximamente Radio Universidad, un Centro de Arte y Cultura sin igual en la región, la Editoral universitaria. Funcionan allí además distintas dependencias administrativas y un resto bar. En tanto, avanzan las obras para la instalación de un megacentro de Convenciones en los subsuelos.

El 21 de marzo de 2014 la UNLP inició el proceso de demolición de una parte del edificio que ocupara la Facultad de Humanidades en calles céntricas. La mole de cemento dio lugar al Pasaje del Bicentenario, un amplio y luminoso corredor peatonal que jerarquizó la manzana; y el viejo edificio se transformó en un imponente complejo universitario para actividades académicas, científicas y culturales.

Fue el presidente de la UNLP, Fernando Tauber, el encargado de dar aquel martillazo histórico que determinó el comienzo de las obras que demolieron más de 4 mil metros cuadrados del contrafrente del ex edificio Tres Facultades, lindero al Rectorado.

El proyecto de demolición parcial y refuncionalización de esa mole de hormigón apuntó a recuperar la circulación perimetral en torno a la sede de la Presidencia (Rectorado) con un espacio de 12 metros de ancho que atraviesa la manzana en forma de L desde avenida 7 hasta calle 47.

“Esa demolición parcial apareció a los ojos de los platenses como mucho más que una intervención arquitectónica”, dijo Tauber. “Fue, sin dudas, un acontecimiento histórico y de enorme trascendencia simbólica porque cada ladrillo que cayó se convirtió en una reafirmación de los valores de libertad que encarna la Universidad”, remarcó el presidente.

El edificio había sido inaugurado en el año 1976, iniciada la dictadura militar, y se constituyó en uno de los símbolos más emblemáticos del poder que ejerció el autoritarismo sobre el sistema de educación superior de la Argentina.  En octubre de 2014, el Consejo Superior de la UNLP aprobó la propuesta de renombrar al edificio donde funcionaron Humanidades, Ciencias Jurídicas y Psicología, como edificio Sergio Karakachoff. El cambio de nombre obedeció en reconocimiento al dirigente reformista que luchó en defensa de los derechos humanos.

La puesta en valor del Karakachoff junto al Pasaje del Bicentenario representa una de las intervenciones arquitectónicas más ambiciosas que se hayan desarrollado en la ciudad.