Por Jorge Joury

Después de un raid de 1.360 kilómetros y 15 días  de una  fuga que mantuvo en vilo al gobierno,  los tres evadidos del penal de General Alvear ya están detrás de las rejas.

Cristian Lannata y Víctor Schillaci, los dos últimos en caer fueron atrapados en las últimas horas en medio de un descampado. Estaban entregados por voluntad propia. Agotados, deshidratados, con heridas propias de la travesía, como quemaduras de sol, sin dinero, ni víveres no les quedaba otra salida que bajar el telón.  La historia es el corolario de un escenario de complejidades y papelones, que dejó descolocado al propio presidente Mauricio Macri, cuando hizo públicas sus felicitaciones al aparato de seguridad porque le habían informado equivocadamente que estaban todos presos.

Por ese dislate,  quedó al descubierto la red de complicidades en las fuerzas operativas, perforadas por los tentáculos de la mafia. El capítulo del desconcierto, alcanzó su punto más alto el sábado pasado, cuando oficialmente, primero se informó que habían atrapado a los tres prófugos en Santa Fe, pero luego hubo que rectificar la información y se aclaró que el único apresado era Martín Lanatta.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, horas después aclaró la situación. Argumentó que recibieron información falsa, para darle tiempo a escapar al resto de los evadidos. No se sabe de dónde llegó el pescado podrido, pero seguramente fue alguien de peso. El nombre del mensajero se mantiene en secreto, para desbaratar la cadena de complicidades. Otra vez la mafia puso una pista incorrecta para entorpecer la pesquisa y desafiar a las autoridades.Recién el camino de espinas quedó despejado en las últimas horas, con la cacería de los últimos dos evadidos, a 15 kilómetros al norte de la localidad santafesina de Cayastá. Esto le dio un respiro al Gobierno, pero después de calmar las ansiedades, será momento de hacer una lectura profunda de lo sucedido, para poder comunicar a futuro de manera irreprochable hechos de esta envergadura.

UNA OPERACION DELICADA

Tras la culminación de la escandalosa evasión, María Eugenia Vidal por estas horas no tiene otro camino que ir con bisturí a fondo contra las mafias enquistadas en el Estado bonaerense. El diagnóstico es grave y está en juego la gobernabilidad. Aunque salte pus hasta el techo, el primer desafío es depurar las entrañas de la Policía. Según se cree, desde allí se manipularon una grilla de pistas falsas para favorecer a los tres delincuentes. La bochornosa postal, puso en evidencia el grado de descomposición que abarca al sistema de seguridad. En los últimos días el que encendió las alarmas fue Diego Gorgal, ex ministro de Seguridad del Gobierno de la Ciudad. El especialista en narcotráfico y asesor de Sergio Massa divulgó que solamente en la Provincia hay entre 2.500 y 3.000 prófugos  por delitos muy graves a los que nadie busca. Es más que obvio, que estos sujetos están activos, generando negocios oscuros bajo el paraguas de la corrupción policial. Debajo de la gorra de la Bonaerense se encubren además desde tiempo inmemorial nichos que manejan la prostitución, el narcotráfico, la trata de personas, los secuestros extorsivos, el cobro de coimas, la protección mafiosa a comerciantes, el negocio de la seguridad y hasta el alquiler ilícito de armas.Se trata de una franja que deja dividendos multimillonario, bajo el consentimiento de algunos sectores políticos que picotean fuerte de esas cajas.

UN MONSTRUO QUE PISA FUERTE

La fuga de los sicarios patentizó la fortaleza de la maquinaria corrupta. La denominada Maldita Policía sacó a relucir su poder de fuego para demostrarle a la gobernadora que no está dispuesta a dar un paso atrás y abandonar sus negocios sucios. Ese aparato que se maneja en las sombras puso palos en la rueda para complicar la persecución de los tres delincuentes que integraron una banda de narcos. La misma que mostró toda su ferocidad cuando consumó la matanza de los empresarios Bina, Ferrón y Forza, cuyos cuerpos congelados fueron arrojados en General Rodríguez. Por aquellos tiempos entraron al país 42 toneladas de efedrina, mientras las autoridades miraban hacia otro lado.

Las complicidades policiales se volvieron a poner en evidencia en los últimos días de la complicada cacería. Es notorio que fueron las fuerzas federales, las que rápidamente mostraron resultados positivos. No es una casualidad que los operativos en Santa Fe lograron ponerse un paso adelante de los evadidos, hasta que cayeron en la trampera.

Los delincuentes llegaron a esa provincia con la Kangoo robada a la suegra de Lanatta, a la que ni siquiera le adulteraron la patente. Es otra demostración de que existió zona liberada. Tampoco es una coincidencia que hayan buscado una provincia como Santa Fé, dominada por el narcotráfico, a la luz de alguna posibilidad de salir del país. Se trata de un territorio plagado de pistas clandestinas. Hasta se vio una avioneta sobrevolando por el lugar el día en que los reos se tirotearon con las fuerzas federales.

HACE FALTA VOLUNTAD POLITICA

La bonaerense siempre ha quedado en evidencia como la terminal del delito. Para poner un ejemplo, basta con citar la desaparición de Jorge Julio López el 18 de septiembre del 2006. A este hombre, misteriosamente se lo tragó la tierra después de haber denunciado las atrocidades del general Camps, el ex jefe de la Maldita Policía durante la dictadura militar.

Vidal tiene que demostrar ahora que su voluntad política y lo que prometió en campaña para garantizar la seguridad de los bonaerenses, sigue siendo su carta principal. Lo sucedido hasta aquí tiene que derivar inexorablemente en una purga en las fuerzas de seguridad.

Está claro que los narcos escaparon seguramente como apuntamos desde esta columna en artículos anteriores, con ayuda del aparato penitenciario. En ese sistema las transgresiones son notorias. Hay  delincuentes que salen del penal a robar durante los fines de semana, con el permiso de jefes a los que tienen que entregarles a cambio la cosecha de parte de los botines que obtengan. En ese submundo, todo tiene precio, hasta los vip que existen tras los muros para presos "ilustres". El uso de celulares y la venta de tarjetas también están tarifados. En el combo, hay que mencionar la connivencia de estudios de abogados con juntas evaluadoras para morigerar, conmutar penas o lograr libertades asistidas.

Si la gobernadora no aprovecha el momento para vaciar la cloaca, su gestión decaerá y su nombre pasará a engrosar las páginas amarillas del libro gordo de la impunidad bonaerense.

LA GRAN CAJA AZUL

Mauricio Macri  está preocupado y dispuesto a darle todo el respaldo a Vidal para que haga cirugía mayor. Lo que lleve adelante en la principal provincia del país, será el espejo de su gestión nacional. Pero no es sólo el narcotráfico el que perturba el tablero político de Vidal, sino la corrupción generalizada que ha enfermado las estructuras. Los patrones de la droga corrompen a la policía desde hace décadas. No hay que olvidar que también tributan a la gran caja azul aquellos que regentean los prostíbulos, el juego clandestino, los piratas del asfalto, los barrabravas, la protección mafiosa a los comerciantes, el robo de autos y los desarmaderos. La corrupción es tan profunda y poderosa, que los beneficios del narco son sólo un tentáculo del monstruo de siete cabezas que mueve sumas multimillonarias que se reparten de arriba hacia abajo en la pirámide de uniformes.

Macri y Vidal padecen los mismos males y los tiempos para erradicarlos se acortan.El Presidente también tropieza a nivel nacional con un sistema de inteligencia contaminado por la ex SIDE. Ambos deben iniciar una reforma rápida y profunda. Se hace imperioso vaciar la cloaca que nació durante la época de la dictadura militar bajo la forma del saqueo al que llamaban botín de guerra. Es preciso demostrar que la red de negocios ilegales tiene fecha de vencimiento para empezar a creer en un cambio verdadero.

SCIOLI FUERA DE AGENDA

La detención de los tres delincuentes trajo alivio en la Casa Rosada, pero puso en duda la eficiencia  y profesionalismo de los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich y Cristian Ritondo. En el plano político, el episodio también provocó heridos. Macri dejó de lado a Daniel Scioli para ir al foro de Davos e invitó a Sergio Massa. Le atribuyen al ex gobernador la herencia nefasta de la Bonaerense. Creen que el ex motonauta no tiene representantes propios en el Congreso. Prefieren al tigrense, al que necesitan imperiosamente para la sanción de leyes.

Además, Massa le acercó a Vidal un proyecto para depurar los focos de corrupción en las fuerzas de seguridad y le prometió el apoyo de toda su tropa legislativa para ir a fondo. Se entrará entonces en semanas decisivas para dar el gran salto de calidad institucional.

LA DEPURACION

Por lo que trascendió, noventa días es la meta que se fijó Vidal para encarar un plan se depuración y reestructuración de la Bonaerense. La idea es desmantelar la estructura actual, que se asienta en 74 comisarios coordinadores, además de fusionar las departamentales de Investigaciones, llamadas DDI. Otro de los items es reponer la junta de clasificación de agentes, se revisarán legajos y sumariados.

La movida también implicará el pase a retiro de comisarios y personal jerárquico.Tanto la gobernadora como Ritondo, saben que el proceso de depuración estará plagado de zancadillas y pases de factura, pero no hay vuelta atrás. No queda otra que erradicar el cáncer para evitar la muerte del sistema.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com.