La conducción partidaria del PRO decidió suspender el timbreo nacional que iba a realizarse este sábado, en medio de las turbulencias que atraviesa la economía argentina y el clima de malhumor social que genera la disparada del dólar y la inflación.


“No es el momento más adecuado para que los funcionarios salgan a enfrentar a la gente”, reconocieron, en off the record, fuentes de Cambiemos
Este sábado iba a realizarse el timbreo mensual de la coalición de gobierno, en el que funcionarios de distintos niveles y legisladores recorren barrios y toman contacto con los vecinos para conocer demandas.
Se trata de una modalidad surgida en el marco de las campañas electorales pero que luego Cambiemos trasladó a la gestión.
La movida había sido programada semanas atrás, cuando pocos anticipaban lo que iba a venir: corrida del dólar, fuerte devaluación del peso, inflación muy por encima de las estimaciones oficiales, anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y cambios de nombres en el equipo económico.
Todos esos elementos se conjugaron e impactaron no sólo en el humor social sino también en la imagen positiva del presidente Macri y su equipo de gobierno, según revelaron numerosos sondeos de opinión que se dieron a conocer en los últimos días.
En ese marco se había convocado a realizar el habitual timbreo nacional para este sábado, que finalmente quedó suspendido. “Se hará, por ahora, el sábado 30”, confirmó ayer en declaraciones a la prensa el secretario general de PRO, Francisco Quintana, a modo de confirmación de la postergación.
En forma oficial, desde el partido dijeron que la decisión se tomó por los pronósticos de tormentas para diversas regiones del país el próximo fin de semana.
Pero fuera de micrófono, en despachos oficiales reconocieron que el clima social podría generar alguna situación incómoda para los funcionarios y que la suspensión es la mejor decisión posible. “Es mejor esperar a que todo se aclare en lo económico, que pase la turbulencia y después sí retomar”, dijeron las fuentes consultadas.
Ese diagnóstico, sin embargo, no es compartido por todos los sectores del Gobierno. Cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, relativizan la situación. “La calle no está tan mal como dicen, va a haber una retracción de la economía pero esto se va a sentir más adelante”, aseguran.
El último timbreo nacional se realizó el 21 de mayo pasado y dejó señales que generaron algo de preocupación. La movida tuvo como eje el Conurbano bonaerense y fue a pocos días de que el gobierno anunciara que iniciaría conversaciones con el FMI.
“La gente nos dice que el FMI es algo malo; no sabe bien de qué se trata, ni el acuerdo, pero para ellos es malo”, explicaron fuentes del gobierno después de la movida, en la que Macri recorrió en el barrio de Villa Devoto junto Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña visitó Hurlingham.
Además, los funcionarios recogieron varios reclamos por la política de aumento de tarifas de servicios públicos.