Los precios de los autos en la Argentina no están lejos del promedio mundial. En los principales mercados del mundo, los valores oscilan entre los u$s20.000 y los u$s25.000. No obstante, Brasil está algo más arriba de esa franja e India se encuentra bastante más abajo.

Si bien el precio muestra escasa dispersión, las diferencias aumentan cuando se consideran los salarios necesarios para comprar el mismo vehículo, indica un informe del Instituto de Economía de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Por caso, en Estados Unidos, Australia o Alemania, hacen falta entre cuatro y seis salarios promedio para comprar un coche. En ese contexto, Argentina es el país más caro. Esto se debe a que la devaluación de 2018 licuó los salarios en dólares, pero el precio de los autos acompañó en gran medida la devaluación.

Así, en la Argentina hacen falta 26 salarios para comprar el activo. En Reino Unido alcanza con 7 y en Rusia con 9,6 salarios.

En la Argentina, la diferencia entre un modelo básico y el tope de gama que incluye asientos de cuero, puede llegar a representar hasta 50% del precio total. Un auto que en su modelo básico ronda el millón de pesos, puede llegar a $1,5 millón en su versión más completa.

Esta diferencia es consecuencia, principalmente, de una razón de economía de escala. En países con mercados más grandes los "tope de gama" tienen mayor volumen que en la Argentina, donde las unidades se suelen hacer incluso después del pedido del comprador.

Es decir, al no haber un mercado suficientemente grande, el auto premium toma las características de un bien suntuario o de lujo (en economía se conocen también como "bienes Giffen"), y las automotrices pueden aprovechar el excedente del consumidor de aquel comprador dispuesto a pagar por la diferencia.

En España, por ejemplo, la diferencia máxima es de 36 por ciento. Un auto de 23.400 dólares pasa a 32.000 dólares cuando es tope de gama. Una brecha significativamente menor que en la Argentina.

En la Argentina, los impuestos directos e indirectos que gravan a los autos representan el 54,8% del precio neto, si se toma en cuenta todo lo que debe pagar el propietario durante el primer año de uso.

En la comparación con otros países, Brasil que soporta una carga de 30,4%; España 17,3%; Alemania 16%; Reino Unido 9,9% y Estados Unidos 7,5 por ciento.

La mayor carga tributaria en la Argentina es un factor fundamental para explicar el mayor precio que en otros mercados de tamaño comparable y que también cuentan con una industria automotriz con un know-how acumulado.

Santiago Chelala, investigador del Instituto de Economía de UADE, ratifica que la presión impositiva en el sector automotriz argentino es una de las más altas de la región. "Para ganar competitividad externa y reducir los costos internos, es fundamental que la estructura impositiva de la Argentina sea más parecida a la de otros países de la región y del mundo con los que competimos en las cadenas globales del valor, por ejemplo, en la venta de autopartes. Es fundamental replantear esta problemática, en especial, resulta clave la reducción, aunque más no sea gradual de impuestos distorsivos, como ocurre con Ingresos Brutos. Pero esta disminución no puede hacerse sin desfinanciar las arcas provinciales", concluyó.