La Federación Farmacéutica Internacional (FIP) difundió un comunicado en el que sostiene “el uso de mascarillas es parte de un paquete integral de medidas de prevención y control que puede limitar la propagación de ciertas enfermedades respiratorias virales, incluido el COVID-19.

Las mascarillas pueden ser usadas tanto para proteger a personas sanas que pudieran estar en contacto con un individuo infectado para el control de fuente de contagio (utilizada por una persona infectada o potencialmente infectada para prevenir el avance de la transmisión.

Las últimas recomendaciones de la OMS en el uso de mascarillas sostienen que:

  • Los trabajadores de la Salud que proveen atención directa a pacientes con COVID-19, deben utilizar mascarillas médicas (además de otro equipo de protección personal que prevenga de transmisión de gotas y contacto.
  • En lugares de atención a pacientes con COVID-19 donde se realicen procedimientos que generen aerosoles (por ejemplo, unidades de terapia intensiva o intermedia), los trabajadores de la salud deben utilizar máscaras N95 o FFP2 o FFP3 standard o equivalentes.

La posición actual de la FIP es que todos los farmacéuticos y otros integrantes del equipo de trabajo de la farmacia deben utilizar equipo de protección personal adecuado para sus roles.

Para proteger al público y a sí mismos como trabajadores de la Salud, la FIP recomienda que aquellos roles de atención directa, al menos utilicen una mascarilla médica además de otro equipamiento de protección personal que permita prevenir la transmisión de gotas y el contacto.

La FIP está en proceso de actualizar su guía para reflejar estos cambios. Continúa siendo crítico que aquellas personas que utilicen mascarillas continúen tomando otras medidas de protección, incluyendo el distanciamiento físico y la higiene de manos utilizando un sanitizante a base de alcohol o con agua y jabón”.