La merma en la actividad comercial ocasionó el cierre del séptimo local perteneciente a la cadena de electrodomésticos y productos informáticos en la Provincia de Buenos Aires mediante un plan de ajuste aplicado por la empresa propiedad del Grupo Megatone.

La última sede que bajó su persiana estaba en Luján y sumó su nombre al listado que integraban Bragado, Chivilcoy, Pehuajó, Trenque Lauquen, Saladillo y Mercedes. Fueron quince los empleados despedidos.

La compañía decidió discontinuar sus puntos de comercialización donde la rentabilidad no alcanzaba los niveles estipulados debido a la caída de las ventas, el aumento de los costos operativos, el incremento en las tarifas de electricidad, la suba del valor del transporte y la disparada del dólar.