La fuerte corrida cambiaria impactó fuerte en el mercado de trabajo, a tal extremo que las empresas contratan personal al nivel de la última gran crisis. Así se desprende de los datos del Sistema Integrado de Previsión Social (SIPA) que informa el ex Ministerio de Trabajo con dos meses de demora.

En la primera mitad del año se perdieron más de 106 mil puestos de trabajo. Puntualmente en el mes de junio, último relevado, la diferencia entre altas registradas en la AFIP y las bajas arrojó que en total se perdieron 13.500 empleos formales.

Al analizar solamente las altas, el economista Pablo Neira destacó que con un tasa de entrada de 1,67 puestos de trabajo formales en el sector privado (media móvil entre mayo y julio) por cada cien empleos en blanco, la cantidad de contrataciones de redujo a niveles que no se observaban desde fines de 2002.

Así lo reconoció el ahora secretario de Trabajo, Jorge Triaca, al afirmar que "hay un contexto donde dejó de crecer el empleo, después de la crisis que se desató en mayo".

Al incorporar al análisis la evolución de los despidos, la tasa de entrada neta pasa ser negativa y describe que entre mayo y julio por cada cien empleos en blanco se perdían 0,19 puestos de trabajo en el sector privado formal. "El ritmo de destrucción del empleo formal sólo es igualado por 2016, 2012, 2008-09 (crisis internacional) y 2001-02", explicó en su cuenta de twitter el economista.