Agustín soportó durante todo el mes de junio la práctica médica para tratar y vencer su Covid-19 positivo y paradójicamente murió en pocos minutos en julio, cuando ya estaba casi con el alta dada, camino a casa.

Tan doloroso final se completó con Alezzo despedido en época de pandemia, con el aplauso de solo un puñado de fieles compañeras y compañeros, brindado al frío coche fúnebre detenido por apenas unos minutos en “su” esquina de Córdoba y Jean Jaurés, su estudio de tantos años.

A partir de su muerte del jueves 9 de julio varias iniciativas para homenajearlo a futuro, cuando el distanciamiento social no sea obstáculo, nos rondaron a algunos en los pensamientos.

Desde un monolito en esa esquina, una placa en el último teatro donde estrenó, un acto público cuando se pueda y otras en danza.

En la noche del sábado recibí un mensaje que me gustó: alguien proponía gestionar la creación del Día del Maestro de Teatro en la fecha de su cumpleaños.

No supe de dónde venía. Al día siguiente conseguí el contacto del remitente, Franco Falcinelli, un joven con el que me comuniqué, que no pertenece al mundo del teatro, al que solo accede como eventual espectador

Calendario en mano vi que faltaba apenas un mes para el 15 de agosto, día en el cual el maestro cumpliría 85 años. De querer impulsar el tema no se podía perder tiempo ni en el fin de semana.

Durante la madrugada del domingo amasé la idea y en la mañana hice la primera llamada: Mauricio Kartun. Con él elegí pelotearla. Con su respuesta positiva llamé a quien fue decisivo acompañante en todo este triste período, parte indivisible de cualquier gestión, enorme amigo y profesor de su escuela de teatro Federico Tombetti.

Al rato estaba buscando otras voces. Con ese objetivo desperté a algunos en la mañana dominguera. Todos apoyaban avanzar.

Entonces me animé a enviarle mensajes a los Ministros de Cultura de Nación y Ciudad, así como también a los responsables del Instituto Nacional del Teatro.

Las devoluciones fueron llegando en la misma posición favorable. Al mediodía ya estábamos en nuestras redes de twitter e Instagram de Multiteatro Comafi proponiendo la iniciativa, abierta al público. Todos apoyaban, incluso retuiteando.

A la tarde grabé un audio para un puñado de personas sin demasiada rigurosidad, bien casero, mientras caminaba por la calle con mis hijos en su hora permitida de salida en cuarentena, abriendo más el juego a distintas opiniones, privilegiando el escucharnos.

Al rato ese whatsapp estaba viralizado: actrices, autores, directores y más personas vinculadas al quehacer teatral comenzaron espontáneamente a conectarse para sumarse.

SAGAI se hizo presente al enterarse, al igual que la Fundación Somigliana y su Teatro Del Pueblo

Llegaba el momento de seguir ampliando el universo Alezzo. Ya éramos muchas voces impulsándolo.

A la noche sentí que el Día del Maestro de Teatro en su homenaje puede ser una realidad.

Si esto se concretase, la muerte de uno de los grandes referentes de nuestro teatro, víctima de una circunstancia excepcional en el mundo, tendría su compensación cuando cada 15 de agosto los teatristas argentinos podamos sentir que Agustín sigue cumpliendo años. Lo merece su obra. Lo merece su persona.