*Por Jorge Joury

Siempre hay lugar para un milagro. Pero en materia económica, hoy la Argentina está cerca de convertirse en la postal más fidedigna del infierno. El Presidente, en un rapto de sinceridad, reconoció en las últimas horas que habrá mayor pobreza por los efectos implacables de la inflación y la devaluación. Especialistas en manipular demonios y prestidigitadores de los números, imaginan un escenario negativo hasta gran parte del 2019. A este paso, la recesión se va a profundizar y la inflación, superará cómodamente el 32%. El acumulado en la era Macri mete miedo: es del 114% desde el 2015. Por estas circunstancias no es arriesgado suponer que caerá aún más la imagen del Jefe de Estado y debilitará su capacidad de maniobra. Lo que se palpa en la calle, es que se ha quebrado el vínculo con gran parte de la sociedad que siente un enorme malhumor porque el bolsillo no aguanta más los latigazos.Sin un plan que acerque previsibilidad, difícilmente el Gobierno pueda recuperar la confianza. Pero el principal desafío en esta etapa, es acelerar una reducción del riesgo país para permitir no solo que la Casa Rosada, sino también provincias y empresas puedan volver a financiarse en los mercados. Hoy estamos casi de remate, con el cartel colgado del cuello que nos señala dentro del concierto de los países menos confiables. Nuestro diagnóstico a los ojos del mundo financiero, es el de un enfermo terminal con respirador artificial.
También tiene su efecto colateral, el obsceno robo que se está ventilando con la obra pública y que brota como hongos venenosos desde los tribunales de Comodoro Py. No hace otra cosa que patentizar el mapa de una tragedia nacional de lo que fue el saqueo sistemático. Es toda plata que debió haberse destinado a socorrer a los sectores más vulnerables y que terminó engrosando los bolsillos de los más poderosos. Vale preguntarse entonces: ¿Quien se animaría hoy venir a invertir un peso en el país con semejante foto de la realidad?.

LA ARGENTINIDAD AL PALO

En este devenir de malas noticias, es imposible que el dólar no siga corcoveando como un potro indómito. Al que ni siquiera pueden vencer las altas tasas de interés que treparon hasta el 45%, que asfixian a las pymes y a quienes no pueden ponerse al día con las tarjetas de crédito. El cuadro es realmente de consecuencias imprevisibles.
Lejos de incursionar en el terreno de los tremendismos, hay que señalar que también se encuentra en riesgo la gobernabilidad. Hasta el propio Macri reconoció que la nación se encuentra en una situación de "vulnerabilidad" y adelantó que continuarán las "volatilidades". El propio ministro de Economía, Nicolas Dujovne reveló que se trabaja para evitar una mega crisis.
Tampoco se puede dejar de marcar con resaltador que luego del 3,1% de julio, la inflación nacional acumuló un incremento de 31,2% en los últimos doce meses. Esta escalada acentúa más los problemas que enfrenta el Gobierno para suavizar la suba de precios. Por ello, no es difícil suponer mayores zozobras a futuro, ya que seguirán subiendo los combustibles de aquí a fin de año y lo mismo ocurrirá con el transporte y las tarifas de energía. El gas, que ya es un servicio de lujo, está pidiendo cancha para septiembre.
Lo que más perturba al Gobierno es que luce muy difícil de cumplir la meta establecida con el Fondo Monetario en el acuerdo, que establece un techo máximo de 32% para la inflación de 2018. Aquel nivel parecía más que cumplible hace un par de meses, pero ahora todo indica que sería superado con cierta facilidad. Significa que habrá que sentarse a renegociar con el organismo internacional aceptando recetas más exigentes para que no se corte el flujo del crédito.

LA IDEA DE ADELANTAR LAS ELECCIONES

Esta caldera, se presenta ideal para que también se animen a salir la cancha los especialistas en incendios. Son los que agitan los fantasmas del default si se siguen utilizando reservas para contener el dólar.
También están los que esbozan la teoría de adelantar las elecciones presidenciales de 2019 para evitar seguir perdiendo la confianza popular, algo que difícilmente hoy esté en la cabeza Macri. Llamativamente, el rumor fue planteado por el analista Carlos Pagni, en el diario La Nación.
En el otro extremo se sumó el periodista Roberto Navarro, quien advirtió que ya se está pensando en el sucesor de Macri al frente de un gobierno que, en su parecer, va a naufragar: "Reunión secreta: El PJ piensa que Macri no llega a 2019 y se prepara para el reemplazo. Pichetto se propone para ser presidente vía Asamblea Legislativa", escribió en su cuenta de Twitter.
Adelantar las elecciones, como sucedió por última vez en 2003 en el gobierno de Eduardo Duhalde, es una práctica constitucional que depende de la decisión del jefe de Estado plasmada en un decreto. La Constitución Nacional le habilita a hacerlo bajo la condición de que la fecha de las elecciones sea 60 días antes del final del mandato.Hoy se está lejos de ese escenario, ya que ha Macri lo ha fortalecido momentáneamente el Cuadernogate, pero la economía sigue siendo la mayor preocupación de la gente.

NO HAY QUE ECHARLE LA CULPA A LOS TURCOS

La situación económica es como una mancha de aceite en el mar. Se va extendiendo de manera peligrosa. Son tan contundentes los indicadores de endeudamiento, inflación y déficit, que culpar de todo al cuasi dictador turco Erdogan es un ejercicio de ingenuidad política. Para contestar estas dudas sería bueno preguntarse por qué la tormenta nos pega solo a nosotros y no a nuestros vecinos vecinos territoriales como Chile y Uruguay, por ejemplo. La crisis turca, que golpea a las economías débiles como la argentina o a la sudafricana, es un acelerador que se potencia con los factores internos que nos agobian. Por ejemplo el déficit fiscal, comercial y la inflación que en términos anuales va camino a superar el 32% como dijimos anteriormente. El Gobierno se ha comprometido con el Fondo Monetario a estabilizar la economía. Eso significa no gastar de más. Es decir, el pronóstico es de cada vez mayor ajuste, pero sin mejorar los salarios. Con esa ecuación, lo que se logra es secar la plaza de dinero. A menos pesos, menor emisión y por ende, menor consumo. Es un escenario de mayor recesión donde la población invierte solo en lo necesario.
Recurrir a los turcos para culparlos por la crisis argentina, es un torpe ejercicio de simplificación política. aunque la sociedad no le pasa la factura a Erdogan por lo que ocurre aquí. Seguramente le mandará la boleta por escrito y detallada a Macri, si esto no mejora, en las próximas elecciones 2019.

EL SINCERICIDIO DEL PRESIDENTE

En medio del maremagnum, al Presidente no se le ocurrió mejor idea que ensayar un "no pasa nada con el dólar, tranquilos”. Pero nadie le cree, menos los mercados, si se tiene en cuenta que el tipo de cambio subió 60% en lo que va del año y 210% desde que Cambiemos puso un pie en la Casa Rosada.
No se puede subestimar a la gente con más discursos de "lo peor ya pasó" y augurando más brotes verdes. Ya no hay lugar para los engaños de la política. Hay que mirar al pasado y reconocer que todas las crisis tuvieron el sello del abultado déficit fiscal. Desembocaron sistemáticamente en cesación de pagos de la deuda pública o en hiperinflaciones monstruosas devenidas de emisiones monetarias obscenas y generando mayor pobreza.
El jefe de Estado incurrió en un sincericidio, activando otra bomba en las últimas horas en San Juan. Fue durante una conferencia de prensa donde aseguró que la devaluación y la alta inflación impactarán en los sectores sociales más bajos. "A mí me duele muchísimo; sé lo que significa estar en la pobreza", aseguró. ¿Habrá estado el Presidente alguna vez en la pobreza?. Difícil. No obstante, hay que darle la derecha en reconocerlo, pero resulta necesario encontrar una salida y evitar el naufragio. Sencillamente, para que no haya mucha más gente colgada del palo mayor.
La mayor obsesión del Gobierno es bajar el gasto.Tiene el aliento del FMI soplándole en la nuca. Los números del ahorro que espera Nicolás Dujovne llegan a los $65.500 millones entre lo que resta del 2018 y el año próximo. Representa hasta aquí, la mayor apuesta concreta para acercarse a la cifra de $250.000 millones de achique entre la Nación y las provincias. A este número, por ahora, deberán sumarse unos 20.000 millones que el Ejecutivo se comprometió a reducir dentro del gasto público de la administración nacional, con lo que el ajuste alcanza los 85.000 millones. Aún restan conocer las cifras reales en la obra pública y lo que aporte de más la recaudación tributaria, para terminar de cerrar las metas comprometidas ante el FMI. La letra final debería estar diseñada en menos de 15 días. Tendría que figurar en la redacción del Presupuesto para el año fiscal 2019, para que sea debatido en el Congreso durante septiembre. Estas tres decisiones se enmarcan en el proceso de convergencia al equilibrio fiscal para 2020, que serán luego complementadas en el proyecto de Presupuesto por medidas relacionadas con las erogaciones del Gobierno Nacional", afirmó Hacienda.

LA OPOSICION CONTRA LAS CUERDAS

Las dudas que carcomen a las primeras espadas macristas, es hasta qué punto la oposición se animará a poner el gancho en algo que a todas luces tendrá un costo social, más aún pensando en que el próximo es un año electoral.
En las costas del mar económico amarillo plagado de tiburones, el equipo de salvataje del ofciialismo está seguro que Mauricio Macri sigue siendo el gran candidato para el mandato 2019-2023. No observan que haya nadie en la oposición que por ahora tenga el ímpetu para ocupar el lugar de Cristina Kirchner y ofrecer una opción superadora. Por eso quieren a la ex presidenta en libertad para polarizar con ella. Durán Barba sueña que llegue fatigada por las inclemencias de la Justicia. La apuesta es demasiado riesgosa. Hablar sobre el futuro político hoy sería una falta de respeto a la realidad en curso. Más aún si se tiene en cuenta que las noticias sobre choferes, cuadernos, arrepentidos, allanamientos y coimas, la inflación, los vaivenes del dólar, el candado del FMI y los anuncios desesperados sobre medidas de gobierno, se apilan sin tregua para avivar el fuego de una enorme hoguera que por ahora no encuentra bomberos que la apaguen.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico esjorgejoury@gmail.com. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.