Por el Lic. Esteban Tancoff

El domingo 19 de noviembre de 1972, en una Argentina desbordada por la violencia sin control, agudizada por la muerte del dictador Pedro Eugenio Aramburu en manos de los Montoneros, el General Perón regresaba al país luego de 17 años de ausencia.

Perón con 77 años,  fundador del partido Justicialista y Balbín, (10 años menor) conductor de la UCR, con un pragmatismo inteligente y necesario para vencer el GAN (gran acuerdo nacional) conducido por el Gral. Lanusse, entendieron que era necesario dejar de lado viejas antinomias para impedir la continuidad política de las fuerzas militares, Balbín se dirigió a Gaspar Campos e ingresó a la sala donde aguardaba Perón, se produjo el esperado  encuentro, sellado por un abrazo afectuoso con sabor a reconciliación.

En ese primer contacto, según se dijo, no se habló de candidaturas, aunque en los círculos políticos se sabía que Perón abrigaba la idea de una fórmula integrada por un peronista y Balbín.

De prosperar esa jugada, hubiera quedado blindado el frente civil y despojados de todo punto de apoyo los planes de Lanusse y la camarilla militar, en quienes Perón no confiaba en absoluto. Sin embargo, Balbín declinó suscribir cualquier pacto electoral, decidido a encabezar la boleta de la Unión Cívica Radical.

Quizá otra hubiera sido la historia de haberse podido genera una propuesta presidencial compartida.

Hoy afortunadamente no existe la violencia armada, hay otra violencia, la que sufren y todos la señalan, la  exclusión de más del 30 por ciento de la población, bajo la línea de la pobreza, que no ha podido ser erradicada, ni ahora ni antes.

La historia debería enseñarnos a ser más generosos en nuestras decisiones políticas, deberíamos respetar las nuevas oportunidades que nos da su conocimiento, un focus group realizado con politólogos muestra que la fórmula Lavagna - Alfonsín, contaría con un aval significativo de la gente , en el encuentro de dos grandes fuerzas políticas de la historia contemporánea que permitiría el restablecimiento de la confianza en la comunidad. Estarán dispuestos ambos candidatos a acordar en estos tiempos de desconfianza?

La incapacidad de abrirse a la esperanza es lo que bloquea la confianza, y la confianza bloqueada es la razón de los sueños arruinados.