*Por Jorge Joury

Los datos de la encuestadora Reyes y Filadoro sobre la medición de los índices de Estabilidad Social dispararon todas las alarmas en la gobernación. En ese informe, Mauricio Macri arrastra peligrosamente a María Eugenia Vidal con su imagen negativa. Sobre 600 casos relevados en el Gran Buenos Aires, el 81% de los vecinos expresaron bronca o frustración frente a la gestión de Cambiemos, pese a que uno de cada tres reciben ayuda social del Estado. El dato coincide con otro de Poliarquía, del cual dimos cuenta en esta columna en enero. En aquella ocasión en una charla exclusiva con Eduardo Fidanza, al politólogo le llamó la atención la detección generalizada de un "acentuado malhumor social hacia el oficialismo", a tal punto que muchos funcionarios han renunciado al tradicional timbreo por el rechazo que reciben en los barrios.

El sondeo de Reyes y Filadoro despertó preocupación entre las primeras espadas de la gobernadora, ya que se además se determinó que más de la mitad de los vecinos viven en situación apremiante para el bolsillo, tienen miedo a perder el trabajo y debieron realizar alguna changa para llegar a fin de mes. El 64% de los consultados revelaron que su situación es mala o muy mala y el 59% contó que no llegan a fin de mes.

El estudio también confirma el impacto negativo que está teniendo la crisis económica en la intención de voto, tanto de Macri como de Vidal. Frente a este escenario, la gestión del Presidente recibe una valoración negativa del 82% de la población, mientras que un 72% reprueba la conducción de la gobernadora.

Para peor, los datos de febrero serán aún más altos que los de enero, ya que este mes presionarán los incrementos en los combustibles y el transporte, además de la inercia en los alimentos y bebidas. Los más optimistas hablan de una inflación del 3% en febrero; con lo que en los primeros dos meses del año el alza de los precios se aproximará al 6%, por encima del 4,2% del primer bimestre de 2018. Nada que indique que hay una inflación en baja como intentó instalar el propio Mauricio Macri.

El panorama se presenta aún más complicado para las elecciones PASO del 11 de agosto, cuando el cuadro actual de depresión productiva acentúe su ciclo.

El piso inflacionario de este año, según los especialistas, no podrá ser de ningún modo menor al 35-40%. Por lo que el dólar, para no atrasarse todavía más, deberá terminar a fin del 2019 arriba de 50 pesos, sumando más presión inflacionaria y paranoia. Y si esto ocurriera, la inflación acumulada en los cuatro años de gestión de Mauricio Macri se ubicaría cerca del 190%. Y, para el momento de votar, el alza habrá llegado al 180%. Demasiado castigo para los bolsillos como para cosechar los votos soñados para la reelección.

Una fuente cercana a Vidal advirtió que "hoy corremos el riesgo de perder en octubre a un cuadrazo como María Eugenia, ya que la gente está muy enojada con Macri y le pasa factura a las principales figuras de Cambiemos".

Si se cumplen los pronósticos de los economistas para este año, cuando Macri finalice su mandato tendrá el triste récord de 4 años con desplome del consumo.

Y además, el 20 de febrero se recordará como el día histórico de la recesión, en que Coca Cola, una de las empresas más grandes e icónicas del mundo, que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, al comunismo, a catastrofes naturales y a dictaduras de todo pelaje, entró en crisis en la Argentina por las políticas económicas del macrismo.

Para la sociedad, la crisis es tan grave que rompió el pie de apoyo en el país de una de las diez marcas más valiosas del mundo (según la revista Forbes). O, dicho de una manera brutal que circuló en las redes sociales, el Gobierno “chocó hasta la Coca-Cola”. Una manera de decir: peor no hay
Mientras los comercios caen como moscas porque no venden, en el informe de coyuntura que la consultora PxQ que dirige el ex viceministro Emmanuel Alvarez Agis se preguntan si la gente votará con el bolsillo o con el corazón. Lo que se vio del comercio y lo que el informe de ese estudio muestra respecto a los resultados económicos, es que si mandara el bolsillo el oficialismo lleva todas las de perder.

El Presidente se encuentra en las encuestas electorales en una situación comprometida. En los papeles, ningún sondeo lo ha dado hasta el momento como un seguro ganador. Lo acecha de manera peligrosa una potencial unión de Cristina Kirchner con el peronismo federal. Esto lo colocaría en clarísima desventaja, imposible de remontar. Y aún cuando esa unión no se materializara, tampoco está claro cual va a ser el resultado ni de la primera vuelta ni de la segunda vuelta electoral. Hablando en concreto una segunda presidencia de Mauricio Macri ahora está en una nebulosa oscura e impenetrable. Para los observadores, a solo seis meses de las elecciones primarias, si Macri no saca de la galera una carta efectiva para uno o varios de los males que padece la economía, el malhumor social va a seguir creciendo. Si hay que lanzar una inyección de esperanza para desarmar al enemigo electoral, el momento de hacerlo es meses antes de las elecciones, o sea, antes de que la batalla termine. Hacerlo después, es demasiado tarde. Por lo tanto, es necesario preguntarse: ¿Qué medidas tiene Macri entre manos para un eventual segundo mandato?

Por el momento, la agenda política luce muy vacía de contenido. Y la económica brilla por su ausencia. Lo que es clarísimo, que el presidente no posee un plan estabilizador y reactivante de recambio listo para usar y ganar de principio a fin las elecciones. Por lo tanto, si gana, no cabe tampoco esperar grandes novedades ni anuncios desde el 10 de diciembre próximo en adelante. De tal forma que la economía seguiría librada a su rumbo inercial tanto ahora como después de las elecciones.
Al mar de quejas, se sumaron los intendentes bonaerenses, preocupados por la caída en la recaudación. Con un fuerte hincapié en la delicada situación económica que atraviesa la zona, los alcaldes de toda la Primera Sección se reunieron días pasados en Ituzaingó, donde lanzaron fuertes críticas hacia las políticas de Cambiemos implementadas en la Provincia.
Entre las principales preocupaciones, manifestaron que en los últimos tiempo “duplicaron y hasta triplicaron la ayuda social” para las poblaciones más vulnerables del territorio. También señalaron que son cada vez más frecuentes los pedidos de trabajo por parte de la gente y la asistencia de las familias a los comedores donde la demanda de comida cada vez es mayor.
“Son muchos los vecinos que nos plantean que no les alcanza para pagar la luz y el gas. Diariamente vemos como los comercios cierran sus puertas porque ya no tienen a quién venderle y ni siquiera pueden pagar los servicios”, expresaron desde el conjunto de intendentes que se reunió en tierra de Alberto Descalzo, quien ofició de anfitrión.
Del encuentro participaron Gabriel Katopodis (San Martín), Ariel Sujarchuk (Escobar), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Gustavo Menéndez (Merlo), Walter Festa (Moreno), Juan Ignacio Ustarroz (Mercedes), Ricardo Curutchet (Marcos Paz), Julio Zamora (Tigre) y Juan Zabaleta (Hurlingham).
Mientras tanto, los enviados del Fondo Monetario Internacional que visitan Buenos Aires van tomando nota del horizonte complicado que se cierne sobre la economía argentina a través de los contactos con las diversas fuerzas políticas y gremiales. Los técnicos abrigan serias dudas con respecto a las posibilidades que el Gobierno tiene de ganar las elecciones. Por eso hubo un interés mayor en reunirse con los opositores y escucharlos. Todos a los que han consultado, desde Juan Manuel Urtubey, pasando por Roberto Lavagna, hasta Axel Kicillof y la propia CGT, han sido críticos no solo de la gestión del Gobierno. sino también del acuerdo con el organismo. Han coincidido todos en señalar que la situación del país es muy delicada por el panorama recesivo, además de señalar que este acuerdo es incumplible en cuanto a las exigencias de pago que se deberán enfrentar a partir de 2020. Los que conocen el pensamiento de los técnicos del FMI señalan que ellos también tienen la misma impresión. O sea, también están convencidos de que el préstamo es impagable y que deberá ser renegociado por quien asuma el gobierno el 10 de diciembre.Si la economía no crece, no habrá recursos para cumplir con las metas del endeudamiento y la bestia negra del default volverá a perturbar el pulso político.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata . Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com.