El parate por la pandemia pegó de lleno en la producción metalúrgica de autopartes, que tocó su pico histórico en abril cuando se derrumbó 52,7%, mes en donde el parate en la producción de automóviles fue total y el comercio exterior sufrió retrocesos entre el 70% y el 90% en materia de exportaciones.

El rendimiento sectorial fue una de las anclas más pesadas que tuvo la industria manufacturera argentina, que combinó la modesta recuperación del 2020 con la cuarentena por la pandemia del COVID-19.

Según la encuesta de Actividad Metalúrgica de Adimra, la caída del sector fue “la mayor contracción desde que se releva la serie” en la comparación interanual. Así, “en los cuatro primeros meses del año 2020, la actividad de las empresas de la muestra acumula una profunda caída del 25,9% interanual promedio, extendiendo la caída de la producción a 20 meses ininterrumpidos”.

“Como resultado de este desempeño, el nivel de utilización de la capacidad instalada (UCI) en el mes de abril de 2020 se ubicó en 27,3%, reflejando el desplome de la actividad”, enfatizó el informe.

Una de las causas fue la ausencia de producción de automóviles y utilitarios, debido a que en abril no se produjo durante todo el mes, una situación sin precedentes en la historia del sector. “Al mismo tiempo, en lo que va del año 2020, la producción total de automóviles y utilitarios en unidades acumula una baja del 38,3%, principalmente como consecuencia de la reducción de la producción de automóviles en ese mismo periodo, la cual fue del 42,7%. Por otra parte, la producción de utilitarios acumula, en el año 2020, una disminución del 35,5%, afirmó el equipo de Estudios Económicos de Adimra.

La encuesta metalúrgica señaló además que la producción de carrocerías, remolques y semirremolques se redujo 19,5% con respecto a los valores registrados en abril de 2019; y que el acumulado anual mostró una baja promedio del 5,7% interanual.

El panorama para el sector metalúrgico es, al menos, complejo porque el futuro de la producción autopartista depende de la evolución de la actividad económica de Brasil, principal destino de las exportaciones argentinas de vehículos, y por la potencial recuperación de la demanda interna de vehículos.

Durante el primer trimestre y sin efecto del coronavirus, el PBI del principal socio comercial de la Argentina en el Mercosur se contrajo 1,5%, pero la caída será más pronunciada por la crisis sanitaria y la incertidumbre política por la que atraviesa el gobierno de Jair Bolsonaro. Según la calificadora internacional Moody’s, Brasil tendrá una prolongada recesión con una caída del 5,2% de su PBI como base de la crisis.

De este modo, la recuperación de la producción metalúrgica argentina, ligada con la suerte de Brasil, está muy condicionada. La otra pata que podría traccionar la recuperación será el repunte de las ventas de automóviles locales y para eso los empresarios del sector esperan planes de fomento al consumo de parte del Gobierno nacional, como parte de la agenda de reactivación pospandemia.