El Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano analiza en su último informe los escenarios para la pospandemia. En ese sentido, así como la cuarentena tiene como objetivo salvar vidas, tras ella, la meta deberá ser preservar fuentes de trabajo y compañías viables. Esto requerirá una suerte de “hospital de empresas”, que articule el apoyo público-privado y haga posible la recuperación de la mayor cantidad de firmas.

La pandemia del COVID 19 y su consecuencia -la cuarentena- implicaron una fuerte caída en el nivel de la actividad económica y el empleo. También provocaron un significativo deterioro en los indicadores sociales, en particular un incremento en la pobreza y la indigencia. En consecuencia, cuando llegue el fin de la cuarentena deberá encararse la reconstrucción del aparato productivo y la reversión de una caída en el PBI. Para este año, se estima en torno al 10%, adoptando como hipótesis que el tema de la deuda externa habrá sido resuelto para ese entonces”, sostiene Víctor Beker, director del CENE.

“El sector agropecuario resultó el menos afectado por la pandemia. Es el que está llamado a proveer la mayor parte de las divisas que se requerirán para pagar las importaciones como la deuda. Si se suman las exportaciones de productos primarios más las manufacturas agropecuarias, representaron en 2019 el 64% del total. Preservar y acrecentar esas exportaciones debería ser la primera prioridad”, indica el economista.

Las manufacturas de origen industrial experimentaron una caída del 26% en el primer cuatrimestre de 2020. Las de combustibles y energía lo hicieron en un 21%. Revertir dichas caídas debería ser otra meta prioritaria. Para ello, deberían recuperarse las exportaciones a Brasil, clave para la industria automotriz, tras el derrumbe por la pandemia y la recesión”, afirma.

El tipo de cambio

Sin embargo, a juicio de Beker, el retroceso del tipo de cambio real de los últimos meses, frente a un real brasileño mucho más competitivo, “enciende una luz amarilla sobre el futuro de la balanza comercial. El saldo positivo es imprescindible en la actual coyuntura de la economía argentina, privada de otras fuentes de divisas. De hecho, las exportaciones en abril fueron apenas poco más de un tercio de las registradas en igual mes del año pasado”.

“La industria de la construcción puede jugar un rol fundamental en la recuperación del empleo. Una vez levantadas las restricciones, las empresas sobrevivientes del sector de comercio y servicios también podrán aportar su cuota a la recuperación económica. Sin embargo, la reapertura de muchas de las empresas, tras la larga cuarentena, dependerá de un paquete de medidas que posibilite su viabilidad económica. El proyecto de moratoria fiscal es un primer paso en dicha dirección. La refinanciación a mediano plazo de la deuda bancaria acumulada debería ser otro. También deberá asegurarse el acceso al crédito bancario a tasas razonables, para lo cual se requerirá una baja sensible en la inflación esperada”, continuó.

Hospital de empresas

“Cuando queden sin efecto los mecanismos de la cuarentena para asistir a las empresas y hogares, debería implementarse una suerte de hospital de empresas. Que a partir de un diagnóstico de cada sector, articule el apoyo público-privado que posibilite la recuperación de la mayoría de firmas. En particular, procesos de fusión que aseguren unidades económicas de mayor competitividad e impidan el cierre definitivo de algunas”, insiste el director del CENE.

Para concluir, Beker asegura que “también será necesario evaluar reformas del régimen legal empresarial. Generar normas que faciliten la transición entre el cierre impuesto por la pandemia y el funcionamiento a pleno. En particular, mecanismos que incentiven la aceptación de planes de reestructuración de deuda, respaldados por planes viables de recuperación económica, en lugar de solicitar lisa y llanamente la quiebra de la empresa en dificultades”.