Desde el vanguardista “Tiempo Nuevo” (programa de TV nacido en 1966, con 30 años de vigencia) Bernardo Neustadt alcanzó el estatus de “vaca sagrada” en la vida periodística argentina, abriendo las puertas a posteriores personajes que lograron instalarse en una franja significativa de la sociedad con sus opiniones, bajadas de línea, críticas y frases que terminaron siendo moda. Vacas sagradas habitualmente entre soberbias, autorreferenciales y operadoras de gobiernos de turno.  Años y años de mugidos que seducían a políticos y en dictadura a militares. Pero las vacas sagradas, como los dinosaurios, ya no existen en la profesión.

Este blog (delgadomoralesblog) viene dando cuenta en diferentes notas del tipo de crisis inédita que golpea al periodismo del país (ejemplo: “Cientos de periodistas”, del 7 de junio pasado). Pero el tema se torna recurrente porque la campaña política en marcha volvió a escribir una nueva página.

Una columna de la crisis tiene que ver con cierres de empresas, despidos, suspensiones, condicionamientos, abusos, censura y remuneraciones miserables. Otra, con el apogeo de operadores periodísticos disfrazados de profesionales probos. Sobre esta segunda columna afloran los personajes hasta con fiereza.

Por momentos llega a resultar gracioso (valga la licencia) observar cómo principales organizaciones periodísticas eluden estos temas centrales y sensibles y sólo miran para las capacitaciones, nuevas tecnologías y el sexo de los ángeles. Mientras, la sociedad contempla cómo una hilera de periodistas procuran vender buzones a domicilio, en no pocos casos a instancias de instrucciones que le mandan por grupos de whatsapp.

A esta altura del partido no deben quedar desprevenidos entre televidentes, lectores u oyentes radiales y por tanto, cada quien atiende su juego. Esto, de todos modos, no es óbice para que se llegue a la crispación al ver cómo un gurka conocido ofrece escuchas ilegales y encima se golpea el pecho como si se tratara de un logro periodístico.

El invento de “la grieta” fue conveniente para diferentes actores de este muestreo de la realidad y en esta coyuntura atrapó a políticos en campaña ¿Y así las cosas? Sencillo, el presidente Mauricio Macri  suma bonus porque se hace foco en paparruchadas y no en el caos de la economía, la pobreza y tantos temas de público sufrimiento.

Las vacas sagradas ya no existen, existen periodistas de carne y hueso que pueden ser corruptos, operadores, mediocres, como también profesionales, dignos y que se rompen el alma buscando el mejor título, la mejor nota, las fuentes confiables y que tienen la conciencia tranquila: Estos profesionales son la mayoría.

Alejandro Delgado Morales.