Por Jorge Joury| La polìtica tiene su carga de intrigas. Las luchas de poder siempre dividen aguas en todos los gobiernos. A la manera de halcones y palomas, en Cambiemos se ha desatado una guerra interna de consecuencias imprevisibles. Dos grupos, a su estilo, pretenden ganarse la bendición del propio Presidente, aunque haya que dejar heridos en el camino. La grieta comenzó a plantearse a partir de desaciertos que obligaron a Macri a dar marcha atrás con algunas de sus medidas. Tiene que ver con los decretos que duplicaron los fondos de la coparticipación en un 167% para la Capital, y el que puso a dos jueces de la Corte Suprema salteándose la consulta previa al Senado. Ambos episodios fueron focos de discordia para gobernadores y senadores peronistas que se sintieron discriminados en lo económico y ninguneados en el plano polìtico.

Los cortocircuito, además crecieron en los últimos días, frente al anuncio sin anestesia del tarifazo en el servicio eléctrico. Esto agravó el pase de facturas en el propio gabinete. Allí conviven dos sectores de aceros filosos. Uno es más polìtico, que se arroga mayor actitud negociadora. Y el otro, prioriza la comunicación y el manejo económico.

LAS DOS VEREDAS

En una de las veredas se ubican el  tándem compuesto por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. Y en la otra, se posicionan el jefe de Gabinete, Marcos Peña con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay.  La autonomìa y el perfil alto de Prat Gay molestan a las primeras espadas de la Casa Rosada y al propio Macri, que quiere que no le roben chapa, menos en su primer tramo de gobierno cuando hay que robustecerse. Por el lado de Frigerio, le imputan a Prat Gay  y al ministro de Energía, Juan José Aranguren falta de cintura para hacer los anuncios. Advierten que a menos de un mes de las paritarias estos temas no hacen más que recalentar la mesa de negociaciones y subir la apuesta de los gremios que ya están manejando cifras de mejoras superiores al 40%, cuando el Gobierno pretendía un techo del  26%.

Tanto Monzó como Frigerio, vienen rosqueando hace un mes con los gobernadores para construir consensos. La bronca salta cuando estos dos funcionarios se enteran por los diarios de las medidas. Ellos sostienen que con esta metodología los hacen retroceder diez escalones. El presidente del Banco Nación, Carlos Melconián también se despachó ante empresarios con críticas poco fraternas hacia Alfonso Prat Gay y el resto del equipo económico, donde opinó que “no hay ninguna coordinación”. Los cortocircuitos internos y las facturas cruzadas emergen como consecuencia de la unción al frente de cada despacho gubernamental de un referente empresario del sector sobre el cual fija reglas. De esta manera, las disputas por el excedente no se libran con el Estado como árbitro sino como ring.

UN NOBEL QUE MARCA RIESGOS

Otro frente de tormenta que se abrió en las últimas horas para el ministro de Hacienda, está relacionado con un artículo que el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz que impactó en las páginas de varios periódicos del mundo. Lleva como título: “El futuro incierto de la Argentina”. Allí se da por tierra la creencia de que, para el presidente Macri, todo lo que viene del exterior (Davos incluido) es auspicioso.

Stiglitz abre un severo interrogante al plantear un escenario cargado de dilemas para la Argentina. Los desafíos que aparecen en el artículo advierten que el país enfrentará una crisis en la balanza de pagos, debido a las deterioradas condiciones externas y la mala gestión macroeconómica desde el  2011. “Cualquier curso de acción, incluso no hacer nada, en el actual contexto es riesgoso para la Argentina. Numerosas amenazas acechan: una aceleración de la inflación, un empeoramiento de los términos de intercambio y aún más preocupante una fuerte erosión de las reservas del Banco Central y un marcado incremento de la desigualdad”, dispara el economista.

“La respuesta a la inflación y las medidas que se tomen para tratar de frenar la sangría de reservas del Banco Central podrían llevar a la Argentina al peor de los mundos: la estanflación, una economía recesiva en el que la inflación no es completamente contenida”, advierte Stiglitz. Es la situación económica de un país que se caracteriza por un estancamiento económico y que convive con el alza de precios y salarios, lo que se dice un verdadero coctel explosivo.

MOYANO PASO FACTURA

Además el Gobierno recibió con preocupación en las últimas horas la advertencia que lanzó el jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, sobre el impacto inflacionario y la suba de tarifas que abrió un nuevo escenario de tensión frente a la negociación salarial de este año.

Para recomponer lazos, la Casa Rosada ahora hará esfuerzos para tentar a los sindicatos con promesas de medidas, que van desde los todavía no concretados cambios en el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, hasta reducir el IVA en la canasta básica de alimentos para jubilados y beneficiarios de la asignación por hijo. Otra de las metodologías que están en estudio para bajar la fiebre sindical, es fijar paritarias semestrales.

En este contexto, Prat Gay está en la cresta de la ola . La revista Noticias en su último número calificó al ministro como “el hombre más solo del Gobierno”. Según la publicación, está cercado por adversarios del PRO que desconfían de su formación duhaldista y keynesiana. Aseguran que hasta el propio Macri lo considera algo soberbio y con demasiadas ínfulas de superministro. Sin embargo, nadie se anima a tocarlo, porque su madrina es Elisa Carrió y eso significaría una ruptura sin retorno con la socia polìtica de Cambiemos.

CONFESION A PUERTAS CERRADAS

Por esas cosas de la vida y café de por medio, Prat Gay le confió parte de sus penurias a un ex funcionario de primera linea de Duhalde. Hay motivos de sobra. Con él compartió horas difíciles durante aquella gestión de la Argentina del trueque y las cuasi monedas. El personaje, que hoy peina canas y que le prestó sus oídos al ministro de Hacienda, tiene raíces platenses. Fue en su momento una de las principales espadas del ex presidente oriundo de Lomas de Zamora. Prat Gay le reveló que el gasto público es altísimo y no habría otra alternativa que despedir a por lo menos cien mil estatales. Aunque no especificó en que lapso se concretarían esas bajas, reconoció que esa perspectiva lo angustia, ya que no son todos ñoquis y acusó al kirchnerísmo de dejar un Estado sobredimensionado.

Prat Gay fue presidente del Banco Central (2002-2004) durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y un tramo del de  Néstor Kirchner. Durante parte de esa gestión construyó fuertes lazos con el hombre al que hizo depositario del secreto guardado bajo siete llaves. El ex funcionario acusó el golpe. Salió  perplejo de la reunión frente a semejante achicamiento de la planta de empleados públicos, además de otras recetas de ajuste que no quiso revelar. Sin embargo, advirtió que si esa fotografía  se hace realidad, la protesta social terminará ganando las calles de una manera preocupante.

AVANCE A PRUEBA Y ERROR

Algunos hombres de confianza, le aconsejaron a Macri calibrar mejor el impacto polìtico de algunas decisiones. No obstante, en el equipo económico y comunicacional plantean que las medidas son impulsadas por el propio Presidente en un intento por desactivar el internismo. Hay quienes avalan la teoría que el jefe de Estado avanza a prueba y error, tironeado por los diferentes lenguajes que hablan sus consejeros. En el plano politico, la estrategia es dividir al peronismo vía Massa y domesticarlo con la billetera, para evitar una arremetida inmanejable si la situación se desmadra.

Macri todavía goza del crédito de los cien días que suele darle la gente a los gobiernos recién llegados. Si en el tiempo que está por venir, el equipo económico no encuentra la llave para frenar los precios que seguramente sufrirán otro cimbronazo cuando impacten las nuevas tarifas de luz y gas, los riesgos aumentarán. En este escenario, al que se le sumará en el corto plazo la discusión salarial, lo peor que podría pasarle al Presidente es que los fusibles del equipo económico empiecen a saltar por las presiones internas. Si eso ocurriera, la economía podría desembocar en la desconfianza y generar una crisis de magnitud.

Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com. Para consultar sus artículos, dirigirse al blogspot: Jorge Joury De Tapas.