Por Jorge Joury

"No fue magia", fue la frase que pronunció José López el 5 de octubre del año pasado en Tecnópolis, cuando Cristina Kirchner inauguró obras a través de videoconferencias. Una de esas comunicaciones fue con el ex secretario de Obras Públicas, ahora detenido mientras intentaba esconder 8 millones y medio de dólares en un descampado de un monasterio ubicado en la localidad de General Rodríguez. Lo curioso es que López tenía razón: "no fue magia". En realidad ¡fue choreo!. Resulta a todas luces el producto de la ruta de las coimas y los sobreprecios. El país nuevamente tiene que asistir estupefacto a otro de los capítulos más obscenos de la corrupción. Hasta podría decirse que excede al propio escenario de La Rosadita. O a las operaciones oscuras de la dirigente social jujeña Milagro Sala. Si como se sospecha, los 8 millones y medios de dólares provienen de la corrupción, la pregunta que se abre es qué se podría haber hecho con semejante suma.

Y aquí viene lo más doloroso. Así, por ejemplo, se podrían entregar 121 mil asignaciones universales por hijo, es decir, más de 10 mil asignaciones por mes durante un año o unas 35 mil estufas para paliar el invierno en las escuelas. El dinero secuestrado por la Policía Bonaerense también equivale a 130 mil becas del plan Progresar, 104 mil asignaciones por nacimiento, 69.350 asignaciones por matrimonio, 29.500 pensiones universales para adultos mayores o 17.300 asignaciones por adopción.

Para el caso de que el dinero hubiese sido destinado al sistema sanitario, se podrían haber adquirido unas 160 ambulancias, entre vehículos de alta y baja complejidad y camionetas todo terreno para llegar a lugares de difícil acceso, como la puna jujeña o el impenetrable chaqueño. Otro destino muy requerido podría haber sido la pavimentación de miles de calles de tierra.O haber asistido a los pobres del conurbano que viven en la total indigencia a consecuencia de la inflación y el desempleo.

Otra vez la corrupción abofetea a la sociedad de una manera bochornosa, colocando a la dirigencia polìtica en el escalón más bajo, cerca de las cloacas y la pestilencia. De los daños colaterales, deberán hacerse cargo los responsables del armado de esa estructura delictiva que sirvió para hacer caja. Una manera vil de construír poder y dinero, paradójicamente, desde los despachos donde se deberían haber resguardado los intereses del pueblo.

A José López, el hombre que tiene una mansión con amarradero a las orillas del Río Luján, los traccionadores de la obra pública lo conocían por "Josecito". Durante los tres mandatos del matrimonio Kirchner, todos les rindieron pleitesía. Sabían que era el hombre fuerte. Y así perduró como secretario de Obras Públicas desde 2003 hasta el 10 de diciembre pasado. Se manejó siempre a la sombra de Julio De Vido, aunque con él tuvo épocas de mayor cercanía y otras de distancia. Los celos se despertaron en De Vido cuando Néstor Kirchner en algunas ocasiones le daba un lugar de importancia a López. El ex presidente era un experto en el juego de las divisiones. Lo hacía para que sus espadas no acaparan demasiado poder.

Con el paso de los años, intendentes, gobernadores y sindicalistas aprendieron que el camino del dinero era pasar por el Ministerio de Planificación Federal. Más precisamente en las oficinas de López era donde se amasaba todo. Allí se orquestaba dónde se iban a construir viviendas y a qué precio. Así empezó el plan que sirvió, a través del tiempo, para comprar voluntades políticas. López y De Vido fueron los cerebros de ese sistema. También nacieron desde esa fragua la matríz de cooperativas constructoras que terminaron con el escándalo de Sueños Compartidos, con las Madres de Plaza de Mayo envueltas en la corrupción de los ladrillos y con Sergio Schoklender detenido. Las peleas entre el funcionario y Schoklender son memorables y recordadas en los pasillos del ministerio. Hubo hasta patadas a las puertas. Los odios aún persisten, a tal punto que Shoklender cuando escucha el nombre de López suele decir: "es un hijo de remil putas y ladrón".

López que con frecuencia aparecía en las fotos repartiendo besos durante la inauguraciones importantes, fue el gran administrador de Vialidad Nacional. Hay quienes aseguran que fue la cajá más potente con la que se consolidó, a fuerza de millones, el imperio de Lázaro Báez y Austral Construcciones. Se calcula que manejó unos 12 mil millones de pesos. Todavía los rumores de pasillo mencionan que todos los meses llegaba un listado desde el despacho de López. Lo llamaban "la lista de la felicidad". Uno por uno, el ahora detenido, definía cuánto y a quién se le pagaba ese mes. Sólo los que negociaban con él en persona tenían el privilegio de aparecer en la lista mágica. Dicen quienes lo conocieron que la prioridad no era terminar las obras sino empezarlas. Se trata de millones en adelantos de fondos a los contratistas y que generalmente se destinan a armar el obrador y a acopiar materiales. Hay quienes aseguran que en los últimos tiempos Cristina Kirchner hablaba con López, porque a De Vido le desconfiaba. Tanto López, como Ricardo Jaime, hoy preso, eran los hombres que tenían acceso directo al despacho de Néstor Kirchner.

Elisa Carrió no tiene dudas sobre el rol de López: "yo lo denuncié en el 2008 y esa es la plata de la asociación ilícita K. ¿Ahora el juez Ercoli hará algo?". se preguntó la diputada.

José Ottavis legislador del FPV por la provincia y hombre de La Cámpora, sorprendió al reconocer que casos como el de López llevaron a la derrota al kirchnerismo en la última elección presidencial. "Ojalá este sea el apocalipsis de los chorros en Argentina", afirmó, y agregó: "Tenemos que hacernos cargo, este tipo es de nuestro partido, este tipo fue muchos años funcionario de nuestro gobierno".

Hoy la bóveda de la coima está en el convento de General Rodríguez, donde el Gobierno sospecha que también podría haber plata oculta de otros ex funcionarios. Seguramente la historia está abierta. Habrá entonces nuevos capítulos para el asombro y volverán a sonar las campanas.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com.