*Por Jorge Joury

En la entretela de la rosca política comenzó a circular un rumor que será de alto impacto. En el peor momento del Gobierno por los avatares de la crisis, la movida que amenaza sacudir los cimientos de la Casa Rosada, tiene que ver con una foto para el lanzamiento electoral del Peronismo Federal. Falta el sí final del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que aceptó hacerla, aunque duda de cuándo sería el momento más apropiado. La frutilla del postre sería la presencia en el centro de la escena del ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, de 76 años, imaginado por peronistas como Duhalde y radicales díscolos como Ricardo Alfonsín, para ser el presidenciable del sector por un período. El paso posterior de estos peronistas será un duelo con sus ex socios K que prometen boicotear la reunión entre Macri y los gobernadores, así como la aprobación del Presupuesto. Es el presupuesto del FMI al que el peronismo que algunos llaman racional, ya les comprometió el apoyo.
Frente a la marea alta del tiempo tormentoso, otro dato para el análisis es que de la mano del senador Miguel Pichetto, y tras dos semanas en las que tuvo muchos segundos de televisión, Sergio Massa después de seis meses de silencio, volvió a mostrarse como alternativa racional. Su nombre y el de Lavagna están en el casting como eventual Plan B de gobernabilidad ante el riesgo de que la crisis se precipite y Cambiemos entre en descomposición.
"Cuando tu rival se equivoca, no lo interrumpas. ¿Para qué te vas a parar en el medio? Eso sí, hay que marcarle la cancha", fue uno de los mensajes que Massa dejó sobre la mesa del Consejo Federal de Inversiones (CFI), la semana pasada, ante ocho de los gobernadores del PJ más enfrentados con la Casa Rosada.
"Este es un momento para que todos, con responsabilidad pero con firmeza, cuidemos a la gente y le demos al Gobierno las herramientas que necesita para gobernar", dijo al salir, frente a las cámaras.

LA LLAVE MAESTRA DEL PRESUPUESTO

Quedó claro que los diputados que responden al Frente Renovador terminarán convalidando el presupuesto 2019 que necesita el Gobierno. Será con votos, abstenciones o ausencias. Pero, en el medio, irán planteando condiciones para atemperar el ajuste que impulsa la Casa Rosada , de la mano de propuestas alternativas que, en lo posible, pongan en evidencia las contradicciones del oficialismo.
"Macri está frente al espejo. Nosotros no existimos", dice Massa, quien además entiende que lo que vienen no son meses de campaña, sino tiempos muy complicados para las clases medias y bajas, jubilados y trabajadores. El escenario más crudo lo ve particularmente para octubre y noviembre. Será cuando la última suba del dólar impacte en los precios de alimentos, combustibles y servicios. El tigrense cree que se sumará una nueva ola de suspensiones y despidos, por el corte de la cadena de pago, lo cual calentará más la calle.
Para el Frente Renovador, llegó la hora de mostrar propuestas y alternativas al Gobierno. Para Massa, la idea es seguir regenerando puentes con el peronismo y el progresismo. Recién en marzo, cree, llegará el tiempo de decidir si lo hecho alcanza para una nueva candidatura.
Activo en la crisis, el líder del Frente Renovador visitó en las últimas horas una granja porcina en Magdalena y reclamó que la Afip suspenda las ejecuciones contra los sectores impactados por el ajuste.

SUENAN LAS CAMPANAS DE LA IGLESIA

En la Iglesia también hay mucha inquietud por la situación social. Retumbaron con fuerza en la gobernación las palabras pronunciadas el último fin de semana por el obispo de Quilmes y titular de Cáritas, Carlos Tissera, advirtiendo que hay “mucho enojo y descontento” y “dolor en los corazones por la pobreza. No es posible morirse de hambre en la patria bendita del pan”, completó el sacerdote que forma parte de la Comisión Permanente del Episcopado.
Frente a este escenario, Lavagna hoy aparece como la figura más potente en niveles de adhesión en el electorado, garantizando además gobernabilidad. Tiene sobrados méritos para el caso de tener que timonear un grave momento económico como el actual. Se hizo cargo del Ministerio de Economía y Producción de la Argentina durante la administración del presidente interino Eduardo Duhalde, en abril de 2002, en reemplazo de Jorge Remes Lenicov, durante una de las peores crisis que vivió el país. Luego fue reconfirmado en esta cartera por el presidente Néstor Kirchner cuando tomó posesión del cargo el 25 de mayo de 2003.
Como Ministro de Economía impulsó la recuperación económica y en sus años de gestión el PBI creció a más del 8% interanual. Fue también el artífice del levantamiento del Corralito en el año 2002 y del canje de la deuda argentina a principios de 2005.

¿UN PRESIDENTE DEPRIMIDO?

El peronismo de aquí en más comenzará a moverse con mayor astucia. Aprovechará que en la otra vereda se encuentran los votantes macristas, en su gran mayoría aturdidos y enojados. Son los que se preguntan ¿cómo llegamos hasta aquí?. Desde el propio equipo amarillo algunos dirigentes sostienen que a Macri se lo ve algo deprimido. Al líder camionero Hugo Moyano le llegó la misma información. Eso lo obligó a afilar el cuchillo para fogonear la teoría de que "se quiere rajar. A mí me contaron que la mitad del gobierno tiene miedo y la otra se quiere ir". El sindicalista también le abrió la puerta a la candidatura de Cristina, al afirmar: “Si no hay otro candidato que esté en condiciones tendrá que ser Cristina Kirchner la candidata del peronismo”. Y siguió: “Estamos haciendo un gran esfuerzo para unir al partido”. De todas maneras, sostuvo que no hay que apresurar los tiempos, “si aparece alguien que pueda llevar adelante una política que termine con el hambre, que termine con las necesidades, bienvenido sea”, opinó.
Durante la semana negra donde se disparó el dólar y florecieron como hongos venenosos las versiones de cambios en el gabinete, muchos admitieron que al Presidente lo vieron golpeado. El mismo resumió en su discurso que: “Fueron los peores cinco meses de mi vida después del secuestro que me tocó vivir”. Los dirigentes radicales se fueron preocupados de Olivos después de hablar con él.

LA CRISIS ACTIVA EL PESIMISMO

El mismo diagnóstico comparte el ala política del equipo amarillo : “Mauricio estaba como groggy”, contó uno de ellos. Pero no todos coinciden en esa lectura. Las primeras espadas de Balcarce 50 recalcaron que : “El Presidente está entero y es el más consciente de la crisis. Su liderazgo no se discute. Lo que se discute es su entorno”.
No obstante se señaló que "hoy Macri necesita más que nunca de Marcos Peña y no lo va a cambiar, salvo un cataclismo. No hay que esperar nuevas modificaciones en el corto plazo y el comando del gabinete lo seguirá teniendo Peña".
El analista político Sergio Berensztein reflexionó que : “La crisis cambiaria activa el pesimismo y diluye el capital político de Mauricio Macri”. De esta manera resumió el resultado de su último informe, que reveló que el rechazo a la gestión presidencial ya roza el 80 %.
De acuerdo a ese sodeo, el 78% de los consultados evalúa de manera negativa la situación económica del país con respecto al año pasado, mientras que un 57% lo hace en relación con 2019.
En tanto, el 61% consideró que los efectos que la corrida cambiaria provoca una pérdida sobre el poder adquisitivo, a la vez que aumenta la desconfianza en la gestión del Gobierno.

EL VOTO BOLSILLO JUGARA SU GRAN PARTIDO

Otro dato para subrayar es que sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, reina la desconfianza. Mientras un 55% estima que la economía crecerá menos, un 72% está convencida que habrá más inflación.
“Una vez consolidado el acuerdo, y más allá de las dudas que pueda generar, los cercanos a Cambiemos demandan cooperación por parte de la oposición. Quienes no votaron al Gobierno esperan, mayoritariamente, que sus representantes lo discutan políticamente. Sin embargo, una porción no menor, el 29%, cree que deberían cooperar o no intervenir”, señaló el informe de Berensztein.
Frente a este panorama, la caída de la imagen de los principales dirigentes del oficialismo se contrapone con el crecimiento de un dirigente opositor con experiencia en el manejo de crisis. Se trata del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien encabeza la lista de imagen positiva con un 55%.
Lo sigue la gobernadora María Eugenia Vidal, quien no sufre el desgaste de la gestión y aún registra un 53% de adhesión, cuatro puntos menos que el mes previo pero 12 más que lo que posee el Presidente.
El Gobierno ahora ha concentrado sus energías en apenas dos objetivos cruciales: firmar un pacto con los gobernadores en busca de asegurarse el Presupuesto 2019 en el Congreso y sellar un nuevo acuerdo con el FMI.
El macrismo se aferra a ambas gestiones y busca coronarlas con éxito en un intento por garantizarse gobernabilidad, en momentos en los que la Casa Rosada transita por una crisis de confianza producto del evidente fracaso de las políticas económicas que ha llevado adelante.
Todos los caminos llevan a pensar en que la próxima elección lo económico va a ser crucial para el electorado. Mucho más que la seguridad y otros aspectos como la transparencia. Esto explica claramente el posicionamiento de Roberto Lavagna en el primer lugar de la escena. Massa está a su lado, esperando que le irradie luz. De todas maneras, falta mucho para la hora de las urnas y cualquier golpe del timón del Gobierno podría variar el curso de los acontecimientos.Pero la historia le juega en contra a Macri. Ningún presidente no peronista ha sido reelegido jamás para un segundo mandato.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico es jorgejoury@gmail.com. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.