Incendios, como los que se han propagado la última semana en el norte de Paraguay, han consumido desde 2001 un total de 22 millones de hectáreas de vegetación en el país, de las cuales el 60 % corresponde a bosques autóctonos, según los datos recabados por la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

El último incendio arrasó esta semana 39.000 hectáreas en dos grandes focos en el Pantanal paraguayo, que ya han sido extinguidos, pero la previsión de un cambio en la dirección del viento amenaza con traer de vuelta el fuego desde Brasil y Bolivia.

"El Pantanal es un ecosistema complejo, frágil y en alto riesgo porque se está transformando de un humedal a un sistema productivo", alertó a Efe Larissa Rejalaga, una de las ingenieras forestales que dirige las estudios de monitoreo por satélite de los incendios en Paraguay.

La docente de la UNA reconoció que actualmente hay un "riesgo muy alto" de que se produzcan nuevos incendios en el norte del país, ya que finales de agosto es el período en el que los agricultores realizan las quemas de rastrojos para adelantarse a la época de lluvias.

"Esto es el inicio de una temporada que va a ser mucho peor", agregó la especialista.

De hecho, uno de los focos del último incendio se produjo en una finca agrícola de Bahía Negra (departamento de Alto Paraguay), donde las imágenes del satélite observaron una quema "negligente" con 10 grandes hogueras, que derivó en la tragedia.

"Es un problema social, económico y ambiental", agregó Rejalaga, quien lamenta que el Pantanal, un hábitat de 340.000 kilómetros cuadrados compartido por Paraguay, Brasil y Bolivia, no reciba tanta atención mediática como el Amazonas.

La ingeniera forestal explicó que el ecosistema del Pantanal ha evolucionado en los últimos años debido a las quemas incontroladas, lo que ha favorecido que se desarrolle nueva vegetación de rápido crecimiento para regenerarse.

Sin embargo, el fuego sigue dejando consecuencias directas en los árboles más antiguos y en la variada fauna local, compuesta por monos, armadillos, venados, castores, pumas o yaguaretés, algunos de ellos en riesgo de extinción.

Este gran humedal alberga 3.500 especies de plantas, 656 de aves, 325 de peces y 159 de mamíferos, además de decenas de reptiles y anfibios.

Rejalaga señaló que es importante estar alerta para evitar que se produzca una tragedia como la de 2007, cuando un incendio forestal arrasó casi un millón de hectáreas en Paraguay, provocó la muerte de dos personas y obligó a desalojar a 15.000 familias.

Para la ingeniera forestal, los efectos del fuego en los bosques son un problema global, lo que se evidencia con el hecho de que en la última semana se hayan producido incendios de forma simultánea en distintos países de Suramérica, África o Europa.