El jefe del bloque de senadores del PJ, Miguel Pichetto, manifestó que la reforma jubilatoria que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le exige al Gobierno "no va a salir". El legislador añadió que :"Se trata de un tema harto complejo, y para avanzar con los cambios el Gobierno deberá contar con mayoría parlamentaria. No va a salir, no va a pasar, ya que las modificaciones que se hicieron en 2017 son razonables", fundamentó el legislador nacional, que defendió que la jubilación a los 70 años sea una instancia "optativa" como se sancionó en la reforma previsional del año pasado.


El referente rionegrino descartó que el peronismo vaya a colaborar con el oficialismo para la aprobación de una reforma previsional que aparece mencionada en la Carta de Intención firmada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y por el presidente del Banco Central, Guido Sandleris.
Dicho documento, que plasma una serie de compromisos que asume el Poder Ejecutivo con el organismo multilateral de crédito, indica: "En el próximo año continuaremos trabajando conjuntamente con el personal del FMI y los actores domésticos para identificar reformas duraderas y de alta calidad", entre las cuales se menciona el compromiso de "comenzar a evaluar una reforma del sistema de pensiones muy necesaria".
En otro orden, Pichetto cuestionó duramente a los predecesores de Sandleris en el Banco Central, Federico Sturzenegger y Luis Caputo, a quienes calificó como "grandes incompetentes" que "huyeron en la noche": al primero de los extitulares en la era Cambiemos lo definió como "un personaje lamentable de la historia argentina", así como también afirmó que el ex ministro de Finanzas sufría "ataques de pánico" en medio de las negociaciones con el FMI.
Por otra parte, el senador volvió a marcar distancia con Unidad Ciudadana y asoció al kirchnerismo duro y la izquierda con los incidentes que se produjeron el miércoles pasado frente al Congreso mientras se debatía el proyecto de Presupuesto.
"El peronismo sigue siendo un partido democrático. Hay sectores duros, radicalizados que creen que van a hacer la revolución cubana y chavista. Este sector está más focalizado en el kirchnerismo duro. Los muchachos juegan en la periferia del sistema. Ahora generan hechos de violencia en la Cámara de Diputados", lamentó.
En ese sentido, señaló que los incidentes de la semana pasada "reiteran un modelo parecido al de la reforma previsional" vinculado a "esquemas casi pre insurreccionales de violencia en las calles para parar leyes en el Congreso".
"Esto es grave y no tiene correlato histórico. El peronismo es un partido democrático, construyó siempre su poder en base a las elecciones. No tenemos nada que ver con esos grupos violentos de la izquierda argentina. Entre esa gente y nosotros hay algo personal. ¿Qué tenemos que ver nosotros con esa gente, con esos grupos troskos?", se preguntó el legislador nacional, que ratificó sus intenciones de candidatearse a la presidencia el año que viene.
El senador justicialista aclaró que tiene una mirada distinta a la política económica del presidente Mauricio Macri, pero que esas diferencias no lo llevan a un "escenario de fractura institucional" como el que, a su criterio, pretenden instalar sectores del kirchnerismo duro.
"Fui al Coloquio de IDEA en un escenario adverso. Ahora eso no me lleva a mí a un escenario de fractura institucional, de creer que podemos hacer la revolución como piensan algunos muchachos que quieren reformar la Constitución, instalar el neochavismo en la Capital", culminó, al hacer alusión al planteo que hizo el diputado nacional Andrés "Cuervo" Larroque.