Sergio Massa hoy es la figura más temida por el oficialismo y en la gobernación cortan clavos. Muchos suponen que con manos libres para negociar con el peronismo, el tigrense podría terminar jugando como candidato a gobernador. “Sergio aceptó que es necesaria una confluencia con el PJ, incluido el kirchnerismo, para derrotar a Macri en octubre. Tiene varias opciones, pero la principal es la candidatura a gobernador de Buenos Aires”, confesó un dirigente que integra la mesa chica del FR. El líder del massismo no quiere firmar un contrato de adhesión en el Instituto Patria sino negociar de igual a igual con los Fernández. El primer mensaje que envió es que aceptaría a Verónica Magario como compañera de fórmula siempre y cuando Kicillof le ceda la candidatura a gobernador de Buenos Aires en un esquema de unidad sin PASO.


Hay que señalar que la figura de Kicillof como candidato en Buenos Aires no terminó de ser digerida por algunos intendentes del conurbano que esperaban también un gesto de apertura del Instituto Patria en la provincia de Buenos Aires. Así como Cristina le cedió a Alberto Fernández el primer lugar en la fórmula nacional, los alcaldes del poderoso conurbano se ilusionaban con una figura más moderada como Martín Insaurralde o incluso Massa. La hipótesis de Massa candidato a gobernador es la opción principal en el Frente Renovador pero tampoco descartan integrar a ese binomio a Malena Galmarini para ejercer el control de la Legislatura bonaerense. Todo puede pasar hasta el cierre de listas.


Massa con su jugada, descolocó a todo el arco político. Después de la salida de Roberto Lavagna, Urtubey coqueteando con Macri y Juan Schiaretti que se fue de vacaciones al exterior, Massa entendió que debía firmar la sentencia de muerte de Alternativa Federal. El Frente Renovador estaba en ebullición y pidiendo otro camino: terminar con el macrismo. Es por eso que hoy todos los caminos de Massa terminan el PJ. Se habla con insistencia por estas horas, que en el corto plazo formalizará el diálogo con el kirchnerismo. Hay quienes hablan de un encuentro inminente con Cristina Kirchner. Con Alberto Fernández tiene un fluído diálogo. Massa ahora está facultado por su fuerza a llegar a un acuerdo para que haya un frente opositor ancho, heterogéneo y voluminoso. Un frente para ganarle a Macri, como bien lo recalcó ante el clamor generalizado de su tropa en el congreso del Frente Renovador.


La decisión de Massa ha generado efectos colaterales que no se pueden dejar de mencionar. Su voluntad de negociar con el kirchnerismo debilitó el armado de Alternativa Federal y el enojo de sus socios políticos, quienes en un cónclave realizado en Córdoba dos días atrás habían acordado hacer una interna en la tercera vía para terminar con la grieta. Su pertenencia a ese espacio es una de las incógnitas que quedó flotando en el aire luego del congreso en Parque Norte. El espacio que fundó junto a Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto no estuvo presente en su discurso. No los nombró ni hizo referencias. Algunos lo interpretan como una forma de decir adiós.  


Si bien hubo uniformidad en el pedido de los congresales de buscar un acuerdo con la oposición, hay que decir que dentro del Frente Renovador conviven dos posturas antagónicas. Están quienes esperan que Massa cierre un acuerdo con el universo K y los que aguardan que, finalmente, el tigrense no acepte quedar debajo del paraguas que sostiene Cristina Kirchner. Estos últimos entienden que aceptar un acuerdo con la ex presidente implicaría destruir la identidad del espacio, que nació en el 2013 para diferenciarse del kirchnerismo.


Graciela Camaño, a quienes todos llaman la reina madre por su enorme experiencia en cuestiones de rosca política, dejó en claro su posición dentro del partido. Mirando a Massa a la cara, le dijo: "Nosotros no vemos la foto, vemos la película de la política. Acá Macri y su pésimo gobierno es el emergente de algo. Alguien se equivocó antes para que este energúmeno venga a gobernar el país". La referencia al kirchnerismo fue clara y generó aplausos de todo el auditorio.


No obstante, en el final de su discurso la legisladora suavizó las críticas y le abrió el juego al tigrense. "Tenemos la libertad de poder elegir. Yo no dudo Sergio que cuando decidas no vas a elegir lo mejor para nosotros, vas a elegir lo mejor para la patria", afirmó. Massa no pudo disimular las lágrimas. Luego, la abrazó. Hubo diferentes interpretaciones entre los presentes sobre el discurso de la histórica diputada. Para algunos fue una forma de marcar la cancha, para otros el respaldo para que decida por la mejor opción. Una pequeña muestra de las diferentes posturas que conviven dentro del esquema político. Pero terminado el congreso, Graciela Camaño habló ante la prensa y disipó las dudas: "No hay límites para las alianzas, son hasta el infinito".


En lo formal, el Frente Renovador le dio manos libres a Massa para que negocie una alianza con los diferentes sectores de la oposición. El proyecto de Alternativa Federal con esta nueva estrategia, parece haber naufragado, ya que en esa fuerza proponían la ampliación pero con sectores del progresismo, mientras que ahora Massa está dispuesto a negociar con el kirchnerismo. Esa apertura implica atravesar un límite que en el esquema federal era inamovible. Negociar con el armado que lidera la ex presidente nunca fue una opción. Pero muchos afirman que si Alberto Fernández fue el critico más duro de Cristina, Massa también tiene crédito para volver.

En Parque Norte se tejieron diferentes hipótesis después del discurso de Massa y la decisión del Congreso de abrir la negociación. En esa lista entran la posibilidad de que compita en una interna presidencial contra la fórmula que integran Alberto Fernández y Cristina Kirchner dentro un mismo frente electoral; lograr un acuerdo para ser el candidato a gobernador en Buenos Aires de una lista única del peronismo o bajar su candidatura y negociar que sus legisladores e intendentes formen parte del proyecto de unidad. También se habla que Massa podría ser el primero en la lista a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y llegar de esa manera a ser el titular de la cámara baja, una suerte de Emilio Monzó.


Massa dijo en Parque Norte que está dispuesto a tirar del carro, en el lugar que le toque para sacar al país de la decadencia en que se encuentra.
En el kirchnerismo consideran que la iniciativa para conformar una alianza opositora llega tarde. La fórmula presidencial está cerrada. Fue el propio Alberto Fernández el que marcó límites al asegurar que la dupla con Cristina "es inmodificable". No es una moneda de cambio. No hay lugar para Massa en el vértice de la pirámide.


La puerta que parece quedar abierta es la de gobernación bonaerense. Si bien se confirmó la fórmula Kicillof-Magario, desde el Instituto Patria le aclararon que la dupla recién se formalizará cuando cierren las listas. Una forma de dejar un mínimo margen para negociar en las tres semanas que quedan hasta el momento que se presenten las listas de candidatos.


Sin embargo, la primera señal concreta será el 12 de junio, día en que las fuerzas políticas tengan que presentar las alianzas ante a la justicia electoral. Ese día Massa deberá decidir en qué frente incluye a su espacio político. Si lo hace bajo el mismo techo que cobija al PJ y Unidad Ciudadana, el acuerdo llegará inmediatamente después.

Hay un dato que está observando el peronismo y que le permite soñar con la vuelta al poder. La imagen de Macri sigue en picada y arrastra a Vidal, su mejor espada. Vidal esta vez no tiene a Aníbal Fernández para pescar votos y la figura de Macri la tira hacia abajo. No hay que olvidar que en Buenos Aires se gana por un voto y no hay ballotaje. Muchos se preguntan que pasaría si hubiera escenario de segunda vuelta entre Macri y los Fernández, con la apocalíptica foto de Vidal habiendo perdido Buenos Aires.

Hoy los números le juegan una mala pasada a Macri. Por ejemplo, una encuesta muy fresca que realiza de manera mensual la Universidad de San Andrés indagó, entre otros aspectos, sobre la satisfacción de la población con relación a la gestión de Cambiemos. En este sentido, y con relación al bimestre abril-mayo, el estudio revela una caída a los niveles más bajos de aprobación de la gestión del Ejecutivo (28%) y de satisfacción con la marcha general de las cosas (14%).De acuerdo con el trabajo, desaprueban al Gobierno un 68% de los consultados, mientras que un 84% está insatisfecho con la marcha general de las cosas. La región más descontenta con la gestión de Cambiemos es la provincia de Buenos Aires, en donde la insatisfacción es de un 91% y la desaprobación con la gestión alcanza un 80 por ciento.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónicoesjorgejoury@gmail.com. Para consultar su blogs, recurrir al sitio: Jorge Joury De Tapas.