El  Banco Central puso en circulación el nuevo billete de $100 con la imagen de la taruca, ciervo autóctono que reemplazará a la imagen de Eva Perón puesta durante los gobiernos de Cristina Fernández que aún coexistía con la del ex presidente Julio Argentino Roca. Pero sin importar la figura que este impresa en el papel, los nuevos cien pesos ya no tienen el mismo poder de compra: perdieron con la inflación.

La capacidad de adquisición en las naftas, los cortes de carne para el asado y el pan dan un ejemplo claro del ajuste. En 1992 los billetes con la cara de Roca podían comprar 98 litros de nafta premium a $1,02 el litro en YPF, ya en 2012 el precio se sextuplicó y pasó a costar $6,53 por litro, el equivalente a 15,3 litros. Ahora, con la flamante taruca sólo se podrán comprar 2,3 litros de combustible ya que el precio asciende a $43.
Con $100 durante la Convertibilidad podían costearse 20 kilos de asado a $5, pero 20 años después cuando comenzó a circular el billete de Evita esa cantidad se redujo a 2,7 gramos a $37 el kilo. En la actualidad, el poder de compra apenas pasa la mitad de la medida: se consiguen 570 gramos ya que el kilo se vende a 175 pesos.
En tanto, el kilo de pan cuesta en 2018 alrededor de $70, por lo que con la taruca alcanza para adquirir 1,4 kilos mientras que en 2012 se conseguían 8,3 kilos por un precio de $12 el kilo. Pero en los 90 el valor del kilo no llegaba al peso (59 centavos) y el poder de compra con $100 era de 170.