Son 222 puestos entre secretarios, subsecretarios, directores y asesores. La medida constituirá un ahorro de casi $100 millones. Se busca “un estado más ágil y más eficiente, con los recursos municipales donde deben estar: en obras para los vecinos”, afirmó el jefe comunal.

En línea con las políticas del gobierno nacional y provincial, el intendente de Quilmes Martiniano Molina efectivizó la reducción del 49% en los cargos políticos del Municipio. La medida se enfoca en el denominado “personal político superior”, el cual abarca secretarios, subsecretarios, directores y asesores que llegaron hace dos años con la nueva administración. Esta decisión que alcanza a 222 puestos, constituirá un ahorro para las arcas municipales de aproximadamente $100 millones.

Al respecto, el jefe comunal sostuvo: “Lo que buscamos con la medida es hacer un estado más ágil y más eficiente, con los recursos municipales donde deben estar: en obras para los vecinos”.

Esta reducción de cargos va en línea con la reestructuración del organigrama, que elimina 5 secretarías: General, Desarrollo Económico, Comunicación, Ambiente y la Auditoría General. Esas dependencias seguirán como subsecretarías o coordinaciones generales, y pasarán a la órbita de otras carteras. Esa nueva estructura de Gobierno fue prevista en el Presupuesto, aprobado el pasado viernes 29, a través del artículo 14, con el que se faculta al Ejecutivo local a realizar toda la reestructuración orgánica y presupuestaria de cara al 2018.

En la misma línea, a partir del 1º de enero se realizó una disminución de un 16% del personal mensualizado, en función de las necesidades del nuevo esquema del Gabinete municipal. “Debemos ser responsables con las cuentas para optimizar los recursos y cumplir las metas propuestas para este año. Planteamos una transformación en el Municipio para lograr eficiencia, eficacia y transparencia. Eso también es la política del cambio”, agregó Molina.

El plan del gobierno apunta a optimizar los recursos y destinarlos a dar respuesta a las necesidades de los vecinos en relación con el mejoramiento de los servicios existentes —como limpieza, alumbrado y recolección, entre otros— y alcanzar los estándares de calidad deseados.