Los efectos negativos de la pandemia pegan muy fuerte el sector hotelero y gastronómico de la Argentina, que ya perdió al menos 14 mil empleos desde el pasado 20 de marzo.

A todo esto, en la Ciudad de Buenos Aires prevén el cierre del 30% de los establecimientos de ambos rubros.

La presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra), Graciela Fresno, reveló que "según los datos oficiales del Indec, de los que disponemos, se perdieron ya 14 mil empleos tanto en hoteles como en restaurantes".

Ariel Amoroso, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de CABA, reconoció que "va haber un 30% de cierres entre los dos rubros, tanto gastronomía como hotelería con menor espalda para soportar la crisis".

La presidenta de Fehgra apuntó un dato muy preocupante. "En las provincias que volvieron a una cierta normalidad y pudieron reabrir, la gastronomía trabajó al 5%, a lo sumo 10%; la gente no se mueve de sus casas por temor y porque los bolsillos están muy golpeados", indicó.

Por su lado, Amoroso destacó el aporte del Gobierno al señalar que "los ATP ayudaron muchísimo y el ENRE emitió una resolución, sobre la que trabajé mucho, que nos permite bajar la energía contratada, e hizo bajar costos".

Sin embargo, observa un panorama sombrío porque "no hay posibilidad de reabrir y no hay demanda. Sin turismo internacional, nacional ni ferias y congresos, que está todos suspendidos hasta 2021. Creo que la hotelería no se va a recuperar hasta el año que viene".

En tanto, Fresno pidió nuevamente por "el pago de la totalidad de los sueldos" y analizó que "el turismo interprovincial no tiene mayor relevancia porque el AMBA es el que abastece al interior con el número de turistas o visitantes".

Amoroso reiteró que "los costos de tener el local cerrado provocará cierres y quiebres. No tenemos gente en la calle y el delivery o take away representan sólo 10 ó 20% de los ingresos".

Respecto del panorama futuro, para el funcionamiento de los restaurantes post-cuarentena "girará en torno a que nadie esté cerca de nadie", y que "para el que habrá que modificar las formas de consumo".

"Las cosas no volverán a ser como las conocíamos por un buen tiempo. Habrá que olvidarse de los restaurantes con 200 ó 300 personas. También se aplicarán restricciones en la cantidad de mesas disponibles en las veredas", finalizó.