*Por Jorge Joury

La calle vuelve a ser el escenario donde la gente sale a buscar de qué manera sobrevivir. En ese marco, el trueque se ha convertido en la modalidad más utilizada para resistir los tiempos en que la pobreza y la falta de trabajo pegan fuerte. Pero ahora, la peor cara de la crisis, es la aparición del canje de medicamentos en las calles de populosas zonas del conurbano. Se trata de un fenómeno que comenzó a crecer en los últimas semanas en distritos donde el dinero y las changas brillan por su ausencia. La preocupación de las autoridades, es que esta modalidad se extienda, ya que representa un verdadero peligro para la salud. En tal sentido, se advierte que muchos remedios pueden estar vencidos, ser de dudosa procedencia o truchos y al no estar indicados por profesionales podrían ocasionar la muerte.
Todo tiene que ver con pobreza que alcanzó el 54.2% por ciento de los niños. Ligado a este fenómeno se observa que un déficit alimentario de 17.6% de chicos que no comieron correctamente y un 8.5% que alcanzan un nivel más grave, es decir que pasan hambre. De este universo de pibeas, un 33.8% asiste a comedores escolares.
Los comedores escolares, viandas del Estado o copa de leche son centrales para que los menores puedan comer en el conurbano bonaerense. Pese a ello, el 10,1% de los niños tiene problemas de inseguridad alimentaria severa, o sea que tuvieron que padecer hambre. En total, el 20,2% tiene inseguridad alimentaria total.
A los problemas alimentarios se suman los de vivienda, ya que el 63,7% no tiene cloacas o agua potable y el 28,6% de los menores padece hacinamiento en sus casas, o sea que no cuentan con el espacio suficiente en sus hogares.
En materia de salud, el 62,4% no tiene acceso a una obra social, prepaga o mutual, el 25,4% no consultó a un médico y el 53,6% nunca fue al dentista.
Las carencias educativas también son un problema. Si bien acceden a la escuela pública, el 26% falta a clases y más del 50% no tiene acceso a una computadora. En el caso de los adolescentes, casi el 11% debe salir a trabajar para ayudar en la economía del hogar, lo que complica el estudio.

EL ULTIMO QUE APAGUE LA LUZ

Otro tema que preocupa a las autoridades por efecto de la recesión, es la morosidad que está apareciendo en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde la gente ya no puede pagar las tarifas de luz. Los cooperativistas argumentan que “empieza a aparecer gente que nunca antes estuvo en mora”. Todos los actores del sector reconocen que siempre existieron niveles de atraso y vecinos que esperan hasta el aviso de deuda para cancelar la cuota, pero ahora “aguardan el ultimatum de corte para llegar a un acuerdo con la cooperativa”. Incluso hay una tendencia a pagar las boletas con cheques diferidos. Y advierten que la metodología “no se modifica”.
Mientras tanto, vecinos de la periferia platense tuvieron que volver forzosamente a la leña y las salamandras para hacerle frente a los tarifazos. Populosas zonas como Villa Sicardi y Arturo Seguí no cuentan con agua ni gas y las boletas de luz se tornan impagables. A tal punto, que una ONG local realizó una presentación para que las familias de estas zonas integren una categoría especial de usuarios.
Estas son las postales de una economía se aproxima a su agotamiento financiero y entra en una etapa netamente recesiva. La perdida de confianza en el Gobierno, la bronca de una porción amplia de clase media que incluye votantes de Cambiemos y peligrosas señales de un polvorín con posibilidades de explotar en el Gran Buenos Aires, han encendido las alarmas en la gobernación. A tal punto que la gobernadora María Eugenia Vidal, también tocada por una caída en las encuestas, está articulando con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, un plan de emergencia alimentaria que contará con fondos nacionales aprobados por el FMI.

UNA MODALIDAD QUE PUEDE LLEVAR A LA MUERTE

Mientras tanto, un informe de la consultora especializada en consumo Kantar Worldpanel reveló que la incipiente mejora en el consumo de productos masivos que se observó en el 2017 y durante el primer trimestre de este año se "frenó abruptamente" en el bimestre donde el dólar saltó de $ 20,50 a $ 28.
El sondeo sostuvo que el "nivel bajo inferior", que agrupa al 17% de los hogares, había recuperado 3% el volumen de consumo el año pasado y otro 1% en el primer trimestre de 2018. Sin embargo, en abril y mayo cayeron 2%. "Las mejoras de cierre 2017 y principios 2018 se licuaron", puntualizó Federico Filipponi, director comercial de la firma.
El principal motivo es que la aceleración de la inflación de los últimos meses provocó una consecuente pérdida de salario real. Los precios de la canasta de consumo masivo que mide Kantar pasaron de un incremento del 17% anual al cierre de 2017 a una suba de 21% en mayo pasado.
La pobreza que avanza encuentra un dato relevante.Hoy existen al menos 150 mil personas en GBA que se dedican al trueque a través de grupos de Facebook para obtener el alimento diario. Pero ahora la práctica se extendió también a los medicamentos.
Por ahora, la movida está acotada a las localides de Laferrere, González Catán e Isidro Casanova, todas pertenecientes al partido de La Matanza, donde gobierna la kirchnerista Verónica Magario. En ese territorio, el gobierno bonaerense tiene cerrados dos costosos hospitales listos para inaugurar.
En La Matanza hay un grupo de con 1500 usuarios que intercambian medicamentos por comida. En el reglamento se determina que se podrán cambiar como máximo 5 productos que no superen los 30 pesos. Además se prohibe intercambiar tranquilizantes. El grupo irrumpió hace pocos días. Sus voceros argumentan que “vas a la salita de Laferrere y no hay médicos, ni un pediatra”. Agregan que en los hospitales ni siquiera hay ibuprofeno. En el trueque son conscientes que el intercambio de medicamentos está prohibido.Y se justifican asegurando que lo que se cambia es “más que nada para la fiebre y antibióticos”.
Los cambios de los medicamentos y de las mercadería se llevan a cabo en las calles Luque Honorario y la Avenida General Rojo. En esa intersección hay toda una vereda dedicada exclusivamente a los intercambios, que se dan entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde. La administradora del grupo explicó que “los viernes no podes transitar por la zona”. Concurren alrededor de 1500 personas por día. El punto de encuentro es a apenas cuatro cuadras del Hospital Materno Infantil Teresa Luisa Germani.

CUENTA CORRIENTE EN LAS FARMACIAS

El grupo de trueque general de Laferrere surgió hace dos años. Se explica que si no fuera por esta práctica la gente no podría solventar los gastos y que sabe que en algún momento la ropa se va a acabar para realizar los intercambios. En los últimos meses se unieron diez mil personas. Y en los últimos tiempos también se incorporaron muchos hombres, que fueron despedidos de forma reciente o suspendidos de sus trabajos.
La postal es dolorosa y los intercambios no frenan ni los días de lluvia. Hay madres con los hijos empapados participando del trueque. Pero se advierte que "el Estado está ciego" ya que hasta el momento no se acercó ninguna autoridad municipal ni provincial.
Cuando se habla del intercambio de medicamentos entre particulares, no está contemplado en la ley, ya que trae sus riesgos. María Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia, explicó que si no hay control no se puede garantizar la legalidad del medicamento. “Es un atentado a la salud pública” se alarmó, y afirmó que esta práctica “no es legal”. “Hay una responsabilidad del Estado para Fiscalizar el medicamento y debe garantizar la entrega de medicamentos a personas vulnerables”.
El trueque de medicamentos es una expresión más de la crisis económica que atraviesa el país y que no es ajena a las farmacias. Reinoso aseguró que hoy existe “una baja de recetas, hay caída de las dispensadas por el PAMI y las farmacias están abriendo cuentas corrientes a las personas, donde les fían y a fin de mes les pagan porque ya que no les alcanza para comprar los remedios”.

UN DELITO ESTIPULADO EN EL CODIGO PENAL

La profesional alertó por el peligro latente de un posible desenlace trágico.“Si seguimos con los medicamentos que están fuera del canal droguería-farmacia terminamos con medicamentos falsificados como en 2001”.
Hay un dato que explica la desesperación y las dificultades para conseguir medicamentos. Tiene que ver con que el programa Remediar, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, entregó durante 13 años el 90% de los medicamentos contra las enfermedades más frecuentes en los sectores vulnerables. Según estadísticas oficiales, en 2013 suministró 175 mil botiquines, mientras que durante el primer año del gobierno de Cambiemos, la cifra bajó a 155 mil unidades entregadas. En 2017 el gobierno nacional de Mauricio Macri lo cerró por completo.
El doctor Gustavo Fortino, profesor de Legislación Farmacéutica de la Universidad de Buenos Aires, explicó que “lo que pasa en estos trueques es que te recomiendan cuál medicamento tomar, cuando no tienen verdadero conocimiento. Es un intercambio entre personas que desconocen el uso de medicamentos, sólo creen que saben porque leen un prospecto y no es así”.
Preocupado por los efectos colaterales de la movida, Fortino agregó que “esto me genera malestar porque no se contemplan las exigencias que tiene un farmacéutico para proveer un medicamento, es un peligro tan enorme. Es una violación al estado de salud pública”. Al respecto aseguró que se trata de “un delito estipulado por el artículo 208 del código penal sobre el ejercicio ilegal de la farmacia, y una violación a las leyes sanitarias de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad. Tendría que haber una intervención del Ministerio de Salud.
Desde los grupos de trueque se defienden. Sostienen que existen ciertas reglas. La primera es que, quien pide medicamentos no puede llevarse más de cinco. Y que, sólo se intercambian remedios para problemas respiratorios, de articulaciones y para la diabetes. “Tranquilizantes, remedios psiquiátricos y para las convulsiones quedan excluidos”, aclaran. “Tenemos idea de lo que hacemos e intercambiamos y en caso de desconocer un medicamento recurrimos al asesoramiento de médicos que tenemos en el grupo. Además hay vecinos que saben lo que están tomando”, agregan.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Su correo electrónico esjorgejoury@gmail.com. Si querés consultar su blogs, podés dirigirte al sitio: Jorge Joury De Tapas.