En 2015, cuando asumió Mauricio Macri, el país gozaba de una posición privilegiada en materia de endeudamiento. La relación con el PBI era menor al 40%, el número más bajo de la historia reciente del país.

Hoy, solo tres años después, la situación cambió dramáticamente. El país tiene una deuda que equivale al 82% del PBI y que podría superar el 100% en diciembre. Ante ese escenario, no pocas voces hablan de la posibilidad de un default. Es decir, que el Gobierno no pueda pagar los intereses que debe. Muy grave.

El incremento de la deuda y su impacto sobre el PBI se explica por dos motivos. En primer lugar, por la política de endeudamiento que llevó adelante Casa Rosada desde que Mauricio Macri llegó a la presidencia. En segundo, por la devaluación, que incrementa la deuda que está nominada en dólares. Todas malas noticias para el país.