Eso dijo el Sumo Pontífice y sostuvo que desea una "solución justa y pacífica" al conflicto.

Hizo estas declaraciones en un vuelo que lo condujo de Panamá a Roma, donde además reconoció que no se pronuncia sobre lo que hay que hacer porque sería una “imprudencia”.

A propósito de esto, detalló: "Si yo entrara a decir hagan caso a estos países o a estos otros, me metería en un rol que no conozco, sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño".

"Tengo que ser equilibrado. No me gusta la palabra equilibrado. Tengo que ser pastor. Y si necesitan ayuda, de común acuerdo, que la pidan. Eso sí", añadió el Papa. "Yo sufro por lo que está pasando en Venezuela en este momento y por eso deseo que se pongan de acuerdo, no sé, tampoco ponerse de acuerdo (la expresión) está bien", afirmó.

Además manifestó: "Yo apoyo en estos momentos a todo el pueblo venezolano. Un pueblo que está sufriendo, incluso los que están de una parte y de otra, todo el pueblo sufre" .