El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró este lunes en un mensaje a la nación "una emergencia económica y social" tras un mes de protestas y anunció reformas que serán presentadas mañana por el primer ministro al Parlamento, entre ellas un aumento del salario mínimo y que las horas extras no sean gravadas con impuestos o cargas sociales.

En discurso, el mandatario anunció que el salario mensual mínimo aumentará 100 euros desde 2019 "sin que tenga costo para los empleadores", por lo que se descarta que supondrá algún tipo de subsidio estatal.

Además, adelantó una propuesta para que las horas extras no sean gravadas de ninguna manera desde el año próximo.

Las horas extras son claves para el bolsillo de los trabajadores franceses ya que son la herramienta institucionalizada que usaron los sucesivos gobiernos de las últimas décadas para esquivar el sistema de las 25 horas laborales por semana que impuso el gobierno socialista en el año 2000.

Macron, quien por primera asume el protagonismo de la respuesta estatal a las masivas protestas del movimiento de los chalecos amarillos, también le pidió a los empresarios que ayuden en estos momentos de convulsión social y que den un bono de fin de año a sus empleados, que no será gravado con impuestos ni con cargas sociales.

El último de los anuncios concretos que hizo el mandatario es una marcha atrás explícita a una de sus recientes y más controvertidas reformas, la de la Contribución Social Generalizada (CSG).

Según esta reforma, las jubilaciones mayores de 1.400 euros por mes quedaron adentro del aumento de la CSG que impulsó y promulgó el mandatario. Hoy Macron anunció que se suspenderá el aumento de la CSG durante 2019 a los jubilados que cobren menos de 2000 euros por mes.

“Queremos una Francia donde se pueda vivir dignamente de su trabajo. Y le pido al gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario para ello”, aseguró Macron, al explicar que todos estos anuncios serán presentados mañana martes por el primer ministro, Édouard Philippe, al Parlamento en forma de proyecto de ley. Macron posee una amplia mayoría en el Parlamento y, por eso, ha podido aprobar todas sus reformas, aún las que fueron resistidas con vehemente por cientos de miles de manifestantes y de los principales sindicatos del país en las calles.

A lo largo de este último mes, muchos de los manifestantes con chalecos amarillos señalaron a estas reformas como las responsables del aumento del costo de vida en Francia y del crecimiento del malestar social. "Veo un estado de emergencia social y económico de Francia. -reconoció hoy el mandatario en un discurso difundido por las redes sociales de la Presidencia francesa- Saldremos bien todos juntos. No podemos seguir divididos. Atravesando esta crisis, reconciliaremos a los franceses".Macron habló con un tono tranquilo y, en todo momento, intentó mostrarse comprensivo con la ira que creció en las calles y rutas de Francia en el último mes con las protestas del movimiento de los chalecos amarillos. No obstante, dejó en claro que "la violencia es inaceptable"."Seremos intransigentes con los violentos. (...) Cuando la violencia se desencadena, la libertad cesa”, concluyó el mandatario que el sábado a la noche felicitó a los miles de policías que reprimieron las protestas, que terminaron otra vez con ataques violentos, saqueos y una escena generalizada de caos.