La ex tesorera de María Eugenia Vidal, María Fernanda Inza, quedó imputada en la investigación sobre los aportes falsos de la campaña de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires.


La decisión la tomó el juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, que investiga uno de los casos por los presuntos delitos de lavado de dinero, falsedad ideológica y dádivas contra Cambiemos a raíz de las irregularidades detectadas en las listas de aportantes de la última campaña.
Kreplak quedó al frente de la causa en medio de una puja de competencias con Adolfo Ziulú, quien subroga el tribunal federal con competencia electoral. Ahora, la imputación acelera la llegada de la causa a la Cámara Federal platense, uno de los tribunales que ahora deberá definir el futuro de la investigación y determinar si está de acuerdo con el juez Kreplak y la fiscal Ana Russo o si concuerda con el planteo de Cambiemos.
Es que los magistrados a cargo del expediente sostienen que los aportes apócrifos de campaña conllevan posibles delitos penales, mientras que Inza y Clusellas tienen la estrategia de explicar que se trata de meros delitos electorales, de consecuencias leves para el oficialismo.
Tras ser desplazada por Vidal cuando estalló el escándalo, a Inza se la vio en la Casa Rosada y se especuló con que se sumaría al equipo del secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas, su padrino político.
Si bien desde el Gobierno negaron que tuviera un cargo oficial, se supo que la salida de Inza del gobierno bonaerense generó tensiones en la interna. Cuando la echaron, la ex funcionaria viajó a Miami y desde allí envió mensajes de WhatsApp a varios funcionarios del PRO en donde dejó en claro su malestar por haber sido quien pagó el costo. En algunos incluso amenazó con hablar sobre el caso de los aportantes, algo que puso muy nerviosos a varios dirigentes del oficialismo.