El ex presidente del Banco Central Alejandro Vanoli se expresó en contra de dolarizar la economía argentina luego de una jornada en la que surgió la recomendación el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Larry Kudlow, de que la Argentina debe "atar el peso al dólar" como en la convertibilidad o dolarizar su economía. Desde el Gobierno también salieron a descartar esa opción.

"La dolarización parcial de la Argentina a través de una neo convertibilidad o la dolarización plena no son una solución a los problemas del país y agravarían los problemas existentes", expresó Vanoli en declaraciones periodísticas.

El ex titular del BCRA consideró: "Si bien la dolarización elimina el riesgo cambiario, sólo implica eliminar el síntoma pero no la causa de la enfermedad, que es el déficit externo de la Argentina, producto de una apertura comercial y financiera que generó déficit, endeudamiento y fuga de capitales, provocando alta inflación y recesión".

"La dolarización implicaría una inflación espiralizada, una muy fuerte baja de los salarios y una recesión que se volvería estructural. Esto es así porque la productividad de la Argentina al estar por debajo de los EE.UU. requeriría de una recesión y una deflación sostenida, para evitar la desaparición del aparato productivo y un desempleo insostenible económica y socialmente", explicó.

Vanoli sostuvo que "la dolarización no soluciona el déficit externo y lo agravaría aún más". También evaluó que dolarizar no reduce el problema de la deuda pública ni la deuda externa "que crecerían a niveles insostenibles con una megadevaluación y dejaría al sistema bancario sin un prestamista de última instancia agravando la fragilidad financiera".

"Renunciar a la posibilidad de efectuar políticas soberanas no conduce al desarrollo ni a la estabilidad. Los ejemplos de países desarrollados que se han atado a una moneda patrón como fue la Convertibilidad en los 90 o el caso de muchos países europeos como Grecia que adoptaron el euro, son elocuentes de los altos costos que conlleva no tener moneda ni políticas monetaria y cambiaria propias", fundamentó sobre los casos negativos de los países que implementaron esas políticas económicas.