Mientras el bolsillo pide un poco de tregua, la inflación de septiembre se encamina a ser la más alta desde abril de 2002, cuando la megadevaluación que determinó la salida de la convertibilidad impactó de lleno en los precios internos. Para el mes pasado, sondeos privados ubican a la suba de los precios por arriba del 7 por ciento, lo cual supera al 6,5 por ciento registrado en abril de 2016, que por ahora mantiene el récord, también bajo el mandato de Mauricio Macri. En abril de 2002, durante el gobierno interino de Eduardo Duhalde, el incremento de los precios fue del 10,4 por ciento. Desde la corrida cambiaria de abril, la harina duplicó su precio, el aceite subió un 60 por ciento, la manteca un 30 por ciento y el detergente, un 62 por ciento. Esta subas han implicado un derrumbe del poder adquisitivo del salario, de casi el 15 por ciento en lo que va del gobierno de Macri.


La consultora Elypsis, que dirige el economista oficialista Luciano Cohan, calculó que la suba de precios en septiembre fue del 7,3 por ciento. El conjunto de precios que componen la “inflación núcleo”, categoría que excluye a los precios regulados y los estacionales, subió un 9,3 por ciento. En este punto tuvo especial relevancia el impacto de la suba del dólar en la estructura de costos. En tanto, los regulados avanzaron un 5 por ciento a raíz del incremento de la nafta y del transporte.
Además del impacto en los precios de la fuerte devaluación del peso en agosto, también tuvieron mucha incidencia el aumento de los combustibles y del transporte público a instancias del gobierno nacional. En nueve meses, la inflación supera el doble de lo que firmaron muchos gremios que aprobaron la pauta oficial del 15 por ciento que en su momento estableció el Gobierno. Según datos de la UMET que se conocieron ayer (ver aparte), el costo de vida de los asalariados subió un 6,7 por ciento en septiembre, acumuló un 32,2 por ciento en nueve meses y 40,4 por ciento en el último año. Para octubre el piso de inflación es otra vez muy alto. Se estima que la inflación de 2018 será la más alta desde 1991.
El relevamiento de un puñado de precios testigo da el siguiente resultado: en relación a principios de mayo, el aceite de girasol Cañuelas de 1,5 litro subió en Coto de 57,20 pesos a 92,90 pesos (62,4 por ciento). El azúcar Ledesma lo hizo de 23 a 29 pesos (26 por ciento) y la manteca Sancor, de 50 a 65,55 pesos (31 por ciento). El agua Glaciar de 1,5 litro subió de 22 a 28,50 pesos (29,5 por ciento). La cerveza Stella Artois subió de 63 a 97 pesos (53,9 por ciento) y la harina La Favorita 000 avanzó de 11,99 a 25,90 (116 por ciento). Desde que comenzó la corrida cambiaria, el detergente Ala Plus de 750cc subió de 24,60 a 40 pesos (62,6 por ciento).
Otro indicador parcial de septiembre fue publicado por el sitio web IPC-Online, que mide 13.500 precios en la ciudad de Bahía Blanca. El aumento mensual fue del 6,5 por ciento, la mayor alza desde setiembre de 2014, cuando comenzó esa medición. Las mayores subas se verificaron en Equipamiento y Mantenimiento del Hogar (11,4 por ciento) y Esparcimiento (10,8 por ciento), mientras que alimentos y bebidas subió un 7,1. El Indec publicará el dato oficial de inflación nacional la semana que viene: el 17 de octubre.