Catorce millones de personas viajaron por la Argentina durante este periodo. El turismo creció 2,2%, y si bien el consumo fue moderado, el gasto directo aumentó 31,2%.

Las vacaciones de invierno dejaron mejores resultados que el año pasado. Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires recibieron 5 millones de turistas, 2,2% más que en 2017. Con una estadía media de 4,4 días, y un gasto diario de 810 pesos por persona, los visitantes realizaron un gasto directo de $17.825 millones, según un informe de la Red CAME.
Según el informe unos 9,1 millones de personas se trasladaron a ciudades vecinas a pasar el día y disfrutar de las múltiples propuestas. Con un desembolso promedio de $350 por excursionista, dejaron $3.199,6 millones en las vacaciones.
Entre excursionistas y turistas, viajaron 14,1 millones de argentinos por el país que gastaron en forma directa $21.024 millones en estas vacaciones, 31,2% más de lo que dejaron en 2017.
Esto se debe al efecto de mayor cantidad de visitantes y días de alojamiento, a pesar que el gasto promedio diario por persona fue sólo un 15,7% superior al 2017. Es que muchas familias se alojaron en casas de amigos, familiares o vínculos cercanos para abaratar. Igualmente, a todo esto hay que sumar el efecto multiplicador que generaron esos ingresos, lo que confirma la fuerza que tiene el turismo como motor de las economías regionales.
Cabe destacar que las vacaciones de invierno este año comenzaron el 2 de julio en algunas provincias, en otras el 9 de julio, y la tercera tanta el 16, prolongando el movimiento turístico prácticamente durante todo el mes.
La mitad de los turistas que viajaron en julio lo hicieron por ocio o recreación. El resto para visitar familiares, amigos, recorrer alguna feria, asistir a algún espectáculo o participar de competencias deportivas, especialmente carreras de autos, torneos de fútbol, rugby, golf, o maratones.
Según una encuesta realizada por CAME entre 450 comercios minoristas Pymes, las ventas para las vacaciones de invierno igualmente se mantuvieron por debajo del año pasado, aunque eso es parte de la tendencia general del consumo. A precios constantes, el gasto total creció 1,6% aunque posiblemente con más incidencia de servicios que de bienes de negocios minoristas.