Según consta en el proyecto de Presupuesto 2019 enviado a la Legislatura, el Gobierno bonaerense prevé el achicamiento de la planta permanente del Estado –trabajadores enrolados en la ley 10.430- en unos 5 mil agentes y un crecimiento de la planta temporal de 2.600 cargos.


Así, los trabajadores con estabilidad, enmarcados en la ley 10.430 llegarán a 365.451 y los de planta temporaria a 123.911. En tanto que los trabajadores del Banco Provincia, IOMA, Loterías –que gozan de un régimen especial- suman 16.025 en planta permanente y 2.224 en planta temporaria.
En comparación con el inicio de la gestión, la planta permanente de la ley 10.430 se redujo en unos 20 mil cargos; la planta temporaria se incrementó en 18 mil; en tanto que la cantidad de trabajadores de los regímenes especiales se mantuvo prácticamente estable.
En suma, en 2019 el Estado bonaerense tendrá 507.611 agentes, a razón de uno cada 34 habitantes, según las proyecciones del INDEC para la población bonaerense del año entrante.
El mismo recorrido hacen las horas cátedra: las titulares tendrán el año entrante un brusco descenso, para llegar a las 370 mil, en tanto que las provisionales continuarán escalando hasta llegar a los 2.5 millones.
En este caso, hay una tendencia que respalda la decisión de este año, que data, por lo menos, desde 2008. Ese fue el último año en el que las horas titulares superaron a las provisionales. De allí en adelante, las primeras se redujeron a la mitad y las segundas se multiplicaron una vez y media.
Distintas fuentes analizaron los números a la luz de lo que consideraron “una tendencia a la precarización” del empleo estatal y advirtieron que en la Provincia hay un ingreso masivo de “monotributistas” con contratos lo cual es un factor de disfinanciamiento del Instituto de Previsión Social. El fenómeno se verifica tanto en los trabajadores de la 10.430 como en educación, donde, aseguraron, “se cubren vacantes docentes jubilados con cargos provisorios sin concursar”.
Hay un fenómeno que coadyuva en el caso de las horas cátedra: el incremento de la matrícula de colegios privados, donde el régimen de contratación es discrecional y el privado, que contrata, elige con qué modalidad lo hace, en este caso inclinándose por cargos sin estabilidad, que resultan menos onerosos.