Las cárceles bonaerenses son un polvorín. El cierre de la administración de María Eugenia Vidal podría terminar con una huelga de hambre sin precedentes.

El malestar, que incluso llega a los integrantes del Servicio Penitenciario bonaerense que pagan por “un refuerzo” de la alimentación en cárceles, crece sin pausa frente a la falta de provisión de alimentos en las unidades penitenciarias bonaerenses.

Según trascendió, los proveedores literalmente abadonaron la provisión de alimentos en las últimas dos semanas, por lo que los privados de la libertad están “a papa y fideos” –y salteado -pero sin ningún complemento cárnico, habitual en las dietas carcelarias.

El malestar empezó a correr como rumor en las últimas horas, y podría desencadenar en una “huelga de hambre” particularmente en las cárceles más pobladas de la Provincia.

El virtual abandono de la responsabilidad del Estado por garantizar la alimentación de la población podría explotar particularmente en las cárceles más pobladas, como la Unidad 30 de Máxima Seguridad ubicada en General Alvear, en el centro de la Provincia, aunque las versiones en las últimas horas daban cuenta de una medida “en cadena” que  podrían replicar otros penales de persistir la situación actual.

La situación se replica en la U9 de La Plata. Familiares de detenidos en esa unidad le contaron a este portal que "es inminente" una huelga de hambre. La medida de fuerza podría concretarse el próximo 3 de diciembre.

El proceso de desmantelamiento empezó a sentirse después de las elecciones generales, aunque, se profundizó en las últimas dos semanas con la desaparición de los proveedores que habitualmente llevaban provisión de carnes –roja y de pollo- y verduras, dejando las cocinas literalmente vacías de provisión.