El gobierno de María Eugenia Vidal lanzó una ayuda electoral para los intendentes que hayan hecho "buena letra" fiscal: con fondos de la Anses, abrió una línea de créditos blandos para que los municipios hagan obras o compren maquinarias, cuyo tramo de capital recién comenzarán a pagar en cuatro años.


Los créditos -son fondos de la Anses- serán otorgados directamente por el ministerio de Economía provincial, que exigirá dos condiciones sine qua non para dar el visto bueno: que la comuna tenga superávit y que haya adherido a la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Se trata de una iniciativa con trasfondo político: premiar a los alcaldes que se atienen a los parámetros de contención del gasto que promueve la Provincia. Y que se da luego de dos años en los que el presupuesto bonaerense no incluyó el Fondo de Infraestructura Municipal que, al principio del mandato de Vidal, supuso una ayuda extra a los intendentes para que realicen obras en sus distritos.
La iniciativa prevé un fondeo total de unos $ 3 mil millones, que la provincia se aseguró a partir de los ingresos suplementarios que percibe a través del anticipo del 3% de la recaudación del Impuesto a las Ganancias que la Anses le devuelve, en cuotas, tras el acuerdo al que se llegó luego de que la Corte habilitara el reclamo de San Luis, Córdoba y Santa Fe por el mismo motivo.
Más allá de las condiciones para el otorgamiento de cada crédito, la operatoria supone que a cada comuna le corresponde, en principio, una porción del fondeo total equivalente a la que percibe por coparticipación provincial, que se determina con el Coeficiente Único de Distribución (CUD).