Tras algunas negociaciones de último momento, terminaron de definirse los nombres de los dirigentes que ocuparán las cinco vacantes en el directorio del Banco Provincia y las vocalías del Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires. El acuerdo, que compartieron los intendentes del peronismo, los sectores del kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa con la gobernadora María Eugenia Vidal, terminó de ajustarse en las últimas horas y deberá pasar por la Legislatura bonaerense.


En la sesión extraordinaria que se celebrará en Diputados, se votarán los pliegos de los candidatos al directorio del Bapro, que quedarán integrados por la ex diputada nacional Juliana Di Tulio en representación de Unidad Ciudadana, el secretario de Hacienda del municipio de Almirante Brown, Humberto Vivaldo, por el sector de intendentes PJ; el ex senador bonaerense Sebastián Galmarini y cuñado de Sergio Massa, por el Frente Renovador, Mario Meoni, reelecto en el cargo y en la línea del mismo partido y Diego Rodrigo, reelecto en el cargo en representación de la UCR.
En el Tribunal de Cuentas ocuparán las vocalías vacantes por el oficialismo Ariel Pietronave, subsecretario de Economía y Finanzas del municipio de Lanús, y Gustavo Diez, contador público, profesor en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y hombre de consulta de la gobernadora Vidal.
Además, ocuparán cargos por la oposición Daniel Carlos Chillo, secretario de Economía, Hacienda y Administración del municipio de Tigre durante la intendencia de Massa, y Juan Pablo Peredo por el sector de intendentes peronistas.
Los cargos que estaban pendientes de definición habían sido ingresados por Vidal a la mesa de negociación del presupuesto 2019, el endeudamiento y la ley fiscal. Por eso, en el acuerdo con la oposición se otorgaron dos sillas en el directorio al peronismo (una fue para Unidad Ciudadana), dos para el Frente Renovador y una para el radicalismo.
En tanto en el Tribunal, el órgano encargado de controlar las cuentas de la provincia y de los municipios, se le otorgó una vacante al peronismo, una al massismo y dos al vidalismo.