Luego de cuatro horas de tensas negociaciones, unos 150 presos de la Unidad 10 de Melchor Romero, que se habían amotinado  bajaron de los techos y acordaron preparar un petitorio para ser entregado a las autoridades.

Todo comenzó con una huelga de hambre y luego los internos ganaron los techos del penal para que se les otorguen prisiones domiciliarias, insumos de higiene y protección para evitar contagios de coronavirus.

Luego de una negociación de la que participaron integrantes de la Defensoría General de La Plata, de la Comisión Provincial por la Memoria, de la Plana Mayor del Servicio Penitenciario Bonaerense y el juez de Ejecución de la capital provincial, José Villafañe, los presos frenaron la protesta.

La situación quedó controlada sin que se tuviera que lamentar heridos y los reclusos preparan un petitorio con reclamos judiciales con eje en que se otorguen prisiones domiciliarias y excarcelaciones.

La Unidad 10 de Melchor Romero aloja 150 internos, con la particularidad de que la mayoría transitan el último tramo de la pena. Muchos de los internos hasta el inicio de la cuarentena obligatoria gozaban del beneficio de las salidas transitorias, pero luego el Poder Judicial decidió suspenderlas para prevenir la propagación del coronavirus, lo que generó el enojo de los reclusos.

Tras al menos cuatro horas de diálogo se logró disuadir a los internos para que canalicen sus reclamos sin alterar el orden del penal. Como se sabe, la Unidad 10 forma parte del Complejo Penitenciario de Melchor Romero pero se encuentra alejada de la Alcaidía donde fueron alojados los ocho rugbiers acusados de la muerte de Fernando Báez Sosa, ocurrida en Villa Gessell.

La Alcaidía Departamental III, que aloja a los rugbiers, está ubicada en la calle 520 y 182 de la localidad platense de Melchor Romero, donde funcionaba antiguamente la Unidad 29.