El programa, que se implementará en carceles, busca desarrollar e implementar dispositivos tratamentales respecto de las violencias de género, para un abordaje psico socio educativo dirigido al universo de varones privados de su libertad. A

El ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, creó el Programa “Deconstruyendo Masculinidades”, un dispositivo de abordaje psicosocioeducativo para contextos de encierro.

El programa buscará "desarrollar e implementar dispositivos tratamentales respecto de las violencias de género, para un abordaje psico socio educativo dirigido al universo de varones privados de su libertad alojados en unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense o en alcaidías departamentales", indicó la resolución.

La medida planteó que "resulta de fundamental importancia poder pensar la masculinidad hegemónica como un problema que atraviesa a la sociedad toda, y abordarla en este proyecto específicamente en lo que respecta al universo de varones privados de su libertad".

"Esa masculinidad es el punto de identificación desde el cual se actúa, dando lugar a múltiples tipos de discriminación a lo diferente, así como a roles de género muy rígidos, donde la violencia es la expresión que los confirma en su identidad de género", expresó.

De ese modo, se expuso que poder problematizar dicha masculinidad "poniendo el acento en la construcción social del género y en que la misma se aprende en el proceso de socialización, permite contribuir a revisar y reconstruirla de una forma consciente".

El programa propone construir un dispositivo grupal coordinado por personal profesional penitenciario capacitado en temas de género, dirigido a los varones privados de libertad para abordar esa temática en cárceles y alcaidías.

El plan interdisciplinario abordará lo vinculado a masculinidades tanto para población general que elija participar como para los varones que se encuentren alojados en ellas, ya sea en forma voluntaria o por sugerencia de los juzgados.

El programa tendrá cuatro etapas: relevamiento de cada unidad penitenciaria para determinar los recursos humanos disponibles e interesados en formar parte del plan en calidad de talleristas; capacitación de esos profesionales; puesta en marcha del programa en cada cárcel; y monitoreo y seguimiento.

Se trabajará de modo semanal durante 90 minutos en forma grupal de entre 10 y 15 participantes con la coordinación de 2 personas.

La participación a los dispositivos grupales es voluntaria y confidencial; no se tendrán en cuenta las causas penales por los que los participantes se encuentran privados de su libertad y se trabajará para garantizar que quienes estén participando del programa no sufran traslados a otras unidades.