El vicepresidente de la Universidad Nacional de La Plata explicó cuándo y cómo se daría el retorno a la presencialidad en las dependencias académicas.

En diálogo con la prensa, Martín López Armengol, vicepresidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), dio un vistazo sobre la proyección académica y los protocolos de una vuelta a la presencialidad en las aulas de altos estudios.

Todo apunta a que la bimodalidad llegará para quedarse, al menos por un largo tiempo en las dependencias académicas de la casa de altos estudios. Armengol adelantó que se dará una “vuelta cuidada” siempre teniendo presente el avance de la situación epidemiológica porque la Universidad no puede “desentenderse de la nueva situación”.

En esa línea aclaró que la vuelta a las aulas académicas se dará con el formato de educación bimodal, donde “se puedan tomar los aspectos positivos de la virtualidad y de la presencialidad”.

“Como plan estratégico desde el rectorado analizamos una convivencia entre el sistema virtual y el presencial. En esta primera etapa estamos haciendo la compra de equipamiento para que cada unidad académica tenga la tecnología para la bimodalidad”, puntualizó.

La UNLP planificó una estructura general que luego será definida por cada unidad académica en particular, “dependiendo de su estructura y las características de sus cátedras”, las Facultades en particular podrán plantear un protocolo de vuelta que deberá ser aprobado en primera instancia por el Rectorado y luego por Salud provincial y Educación nacional.

Armengol remarcó que hoy por hoy “tenemos este escenario y no imagino que el año que viene sea un lugar de total libertad”. El candidato para la presidencia de la UNLP en el período 2022-2026 explicó que la vuelta a la normalidad “va a ser un proceso paulatino, dependiendo de los aforos y la situación”.

En relación al anuncio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP, que a partir de agosto reabrirá sus puertas para exámenes de manera presencial y optativa, aclaró que “cada facultad tiene su dinámica” y bajo esos criterios va a establecer la convivencia entre el mecanismo presencial y virtual. La elección final será del alumno.

Consultado sobre una proyección a futuro acerca del cambio en las estructuras de la Universidad, remarcó que “hay facultades que pueden trabajar en modelos y modalidades mixtas”. Además, puntualizó que el gran desafío del traspaso a la virtualidad de manera abrupta “nos enseñó mucho y nos dotó de conocimientos y herramientas para analizar aspectos positivos que, la idea, es seguir manteniendo”

“Más allá de eso, nadie discute la importancia de la presencialidad, un lugar de sociabilización e intercambio formativo”, explicó Armengol y señaló que será responsabilidad de las autoridades buscar un balance entre ambas modalidades.

Finalmente, señaló que la pandemia generó “un cambio importante en todo sentido” porque hubo que reformular “formas de trabajo, proyectos de extensión e investigación” y remarcó que la UNLP brindó un apoyo importante desde lo académico y en todo lo que refiere a lo social con mucho trabajo voluntario y proyectos de investigación que tuvieron como foco la pandemia.