El periodista, escritor y dirigente político y de los Derechos Humanos, Marcelo Duhalde, compartió una detallada reflexión en AgenHoy radio. El texto completo, en la nota.
En junio 2023, antes del bochornoso baile de las candidaturas a presidentes del frente popular, (peronismo y asociados) varios miles, nos quedamos afónicos pidiéndole a Cristina que lanzara su candidatura y enfrentara al enemigo, (jueces, medios de comunicación, políticos y empresarios). Muchos, no?. Si pero ella no era solo la vicepresidenta en ejercicio, mucho más que eso, era y es la líder reconocida por las masas populares que la hubieran acompañado saliendo a la calle a enfrentar a la más indigna y corrupta oposición de aquel momento.
El pueblo tiene memoria y sabe quién y cuando se gobernó a su favor. Pero también se enoja, y con razón, cuando llegan los acuerdos de cúpula, con dirigente que no cumplen, que fueron parte del enemigo y solo están ahí por su conveniencia, además de otros que su única virtud es la obsecuencia y también mejorar su situación personal. Hubo mucha impotencia y desazón, no se ganó en primera vuelta por muy pocos votos, eran de los que no les dió el estómago para votar por el candidato impuesto, contra natura, y cometieron el error, tal vez sin darse cuenta, cuenta que el otro que se venía era muchísimo peor.
Rara vez la historia da una segunda oportunidad después de una gran derrota. Pero en este caso si la historia le da a Cristina una nueva posibilidad. Pero ella debe replantear sus decisiones de los últimos tiempos. Debería rodearse de los que tienen una verdadera vocación de servicio para el pueblo. Dejar de lado las aspiraciones familiares sin razón ni fundamento. Volver al legado de Néstor con la convicción y la audacia de sus políticas. Dejar de enfrentarse con su mejor discípulo y fortalecerlo. Anunciar su candidatura para 2025 como previa a lo que podría pasar en 2027.
Existe el total convencimiento generalizado que si ella lo hace, convoca en su apoyo y en repudio a este gobierno y a sus cómplices, habrá una nueva esperanza para creer en la posibilidad de un camino cierto para la recuperación de la Argentina. Si Cristina se pone al frente convocando, no a una unidad vacía, ni con cualquiera, sí a converger en un programa de reconstrucción del país, con una verdadera impronta peronista. No habrá dirigentes sindicales, ni políticos que puedan enfrentar a sus propias bases que sin ninguna duda apoyarán una vez más la vuelta a pelear por un país para todos.
Una posibilidad de lanzamiento sería convocar a una gran movilización el 10 de diciembre, a un año de este perverso gobierno, en el Monumento al Trabajo en Paseo Colón, para dar muestras de cambio y convicción, dejando de lado anteriores dichos sobre dar tiempo, y proponiendo un programa de cinco puntos básicos que reflejen la vuelta a la década ganada. La Argentina no puede más y necesita que alguien que lleve adelante su recomposicion y para eso confía en Cristina.
Como diría Evita, deberá poner Cristina su nombre como bandera, para llevar al pueblo a la victoria.
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