Oficiales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria recuperados de coronavirus donaron plasma en el Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce. Es para el desarrollo de un tratamiento que lleva adelante el Ministerio de Salud de la Nación para atender pacientes críticos.

Son los primeros integrantes de una fuerza de seguridad que lo realizan de manera institucional.

Hasta el momento, 53 efectivos de la PSA, que habían sido destinados a Ushuaia, Bariloche y Buenos Aires, fueron infectados por el SARS-COV2. De ellos, 42 ya fueron dados de alta y 11 están en recuperación y fuera de peligro. Lo informó José Glinski, director nacional de ese organismo.

El Cruce es uno de los designados por el Ministerio de Salud de la Nación para evaluar la seguridad y eficacia del uso del plasma. Otras instituciones son el hospital nacional Profesor Alejandro Posadas, ubicado en El Palomar; el hospital general de agudos Carlos G. Durand, de la ciudad de Buenos Aires; el hospital interzonal General de Agudos Vicente López y Planes, de General Rodríguez. A ellos les sumaron dos instituciones privadas, la fundación Hematológica Sarmiento y la fundación Hemocentro Buenos Aires.

Francisco D’Angelo, director de Sanidad de la Policía de Seguridad Aeroportaria fue quien se contactó con el director Ejecutivo del Hospital, Ariel Sáez de Guinoa.

“Hasta el momento fueron siete oficiales que estuvieron en condiciones de donar su plasma por el método denominado aféresis. Pasaron 14 días de su recuperación. Cuentan con dos pruebas negativas para COVID-19 realizadas con al menos un intervalo de 24 horas con toma de muestra nasofaríngea, entre otros requisitos.

Antes de la extracción, se realizó una entrevista, un examen clínico y pruebas de laboratorio. Esto para asegurar la salud del donante y la del receptor anónimo. El tiempo de proceso es de alrededor de 60 minutos”, expresó Sandra Rubbo, jefa de Medicina Transfusional del Hospital El Cruce.

Los integrantes de la PSA, fuerza que pertenece al ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Sabina Frederic, fueron unos de los más expuestos al COVID-19 por las tareas que se les encomendó. Por ejemplo, recibir a más de 300.000 argentinos y residentes que llegaron desde el exterior y que provenían de países con alta circulación de carga viral.