El desempleo golpea más fuerte en la Provincia y despierta preocupación en el gabinete de María Eugenia Vidal. Las últimas estadísticas dan cuenta que el año pasado se perdieron 47 mil empleos asalariados registrados en la provincia de Buenos Aires.

En el podio de las regiones del país es la que tiene más destrucción de puestos de trabajo. Por ejemplo, el Gran La Plata tuvo una caída de hasta 3 por ciento en el nivel de empleo en marzo pasado, producto de la parálisis del consumo y el cierre de fábricas y comercios. El ranking lo encabeza Santiago del Estero, con una caída del de 4,9 por ciento.

El aumento del desempleo no solo se explica por despidos sino por la incapacidad del entramado productivo, comercial y servicios de absorber la creciente mano de obra ociosa que se genera. Según cifras del Ministerio de Producción y Trabajo, la tasa de entrada en marzo (1,8 por ciento), incorporaciones de personal para cubrir puestos de trabajo vacantes, se ubicó en su menor nivel desde los registros de 2001, año en que se había desplomado a 1,4 por ciento.

Este valor debe adaptarse a la tasa de crecimiento poblacional (actualmente de 1,1 por ciento) y así generar puestos genuinos.

La nueva fase de valorización financiera que vive la Argentina a partir de la política de desregulación e incentivo a la inversión especulativa en pesos va en desmedro de la actividad productiva. Y su efecto alcanza inexorablemente al empleo, el cual exhibe una tendencia a la baja que se está pronunciando con los meses.

De acuerdo con el último informe del INDEC, el empleo privado formal presentó en marzo una variación negativa de 2,4 por ciento respecto del mismo mes del año pasado. “El comportamiento del empleo se explica por el desempeño negativo de casi todas las ramas. “Con excepción de servicios comunales (0,9 por ciento) por motivo de las altas esperables para esta época del año en aquellas vinculadas a la educación”, según el informe de Mercado de Trabajo y Encuesta Permanente de Hogares del ente estadístico oficial.

El año pasado la Provincia se había hecho punta entre los principales aglomerados, con un 10,5 por ciento de desocupación. En marzo, de acuerdo con el INDEC, las principales variaciones fueron: Gran Resistencia (-4,9 por ciento), Gran Jujuy (-3,0) y Gran La Plata (-3,0), Gran Rosario (-2,5), Gran Córdoba (-2,4), Gran Paraná (-1,7), Gran Bahía Blanca (-1,6), Gran Tucumán (-0,8) y Gran Mendoza (-0,4), según la última Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de la cartera de Producción y Trabajo. El caso de Gran Buenos Aires puede desagregarse además por rama de actividad.  El empleo en la construcción se contrajo en marzo un 7,7 por ciento en términos interanuales en territorio bonaerense, seguido por la industria manufacturera, con una baja de 5,2 por ciento, comercio (-3,4 por ciento) y transporte (-3,1 por ciento). “Las variaciones anuales fueron negativas para todos los tamaños (de empresa)”, detalla el informe del ministerio que conduce Dante Sica.

El total de empresas que aplicaron en marzo suspensiones (6,1 por ciento) mostró nuevamente un leve aumento con respecto al mes pasado. “Después de tres meses de aumentar las suspensiones por motivo de la caída de la demanda, se observó el descenso de un 4,8 por ciento”, agrega el documento oficial. Otro rasgo distintivo de los últimos años es la creciente flexibilización de hecho en las condiciones laborales, algo que el gobierno busca institucionalizar a través de una reforma en el Congreso. “Durante marzo la modalidad de contratación a tiempo indeterminado mostró con un valor negativo de 0,4 por ciento en el total de aglomerados. Las modalidades a tiempo determinados y personal de agencias en conjunto mostraron un aumento de 4 por ciento”, informó Trabajo.

La tasa de despidos, que incluye las desvinculaciones de personal por despidos sin causa, fin de período de prueba y finalización de obras, fue del 0,8 por ciento en marzo contra febrero, cerca de los máximos en los últimos cuatro años.

El informe de Indicadores Desagregados del Mercado que publicó en marzo el Ministerio de Economía da cuenta además de un fuerte deterioro hacia el interior de la Provincia. Según el relevamiento realizado sobre seis aglomerados, la desocupación aumentó 2,2 puntos porcentuales para cerrar el 2018 en 11,1 por ciento. En el caso de las mujeres, del desempleo es todavía mayor, del 12,1 por ciento. En varones, de 10,9 por ciento. Esta brecha se acentúa en la Provincia en el rango etario de hasta 29 años, en donde las mujeres evidencia un desempleo de 25,1 por ciento frente al 18 por ciento de los varones.

En el informe oficial que firma Hernán Lacunza, para los partidos que integran Gran Buenos Aires, la desocupación aumentó 2,2 puntos respecto de diciembre de 2017 al 11,4 por ciento, siendo del 12,7 para mujeres y 10,5 para varones. En el Gran La Plata, la tasa de desocupación se redujo en 0,2 puntos al 5,7 por ciento. La disminución se explica por una mejora en la ocupación de mujeres. El desempleo en este segmento bajó 3 puntos hasta el 4,2 por ciento, que no compensó el aumento 2,1 puntos en varones. En Mar del Plata la desocupación saltó 3,5 puntos hasta el 12,8 por ciento. Para las mujeres en la localidad balnearia, el salto fue mayor, de 5,7 unidades hasta los 14,8 por ciento. En varones subió 1,7 puntos a 11,1 por ciento. En Bahía Blanca-Cerri la falta de empleo aumentó 2,3 puntos porcentuales al 9,4 por ciento.

En San Nicolás-Villa Constitución el desempleo aumentó 4,4 puntos respecto al año previo al 11,3 por ciento de diciembre último (10,0 por ciento en mujeres y 12,2 por ciento en varones). En 2017 la relación de tasas de desocupación era inversa: 7,7 por ciento en mujeres y 6,4 en varones. Por último, en Viedma-Carmen de Patagones, la tasa de desocupación aumentó 2,5 puntos al 6,1 por ciento. Llama la atención que, pese a que el número general es de los más bajos de la Provincia, en el caso de las mujeres de hasta 29 años, es el más alto, con el 32,1 por ciento, con un salto de 20,9 puntos respecto de un año atrás. La tasa de desocupación general en mujeres de este aglomerado se duplicó al 7,3 por ciento y pasó de 3,5 a 5 por ciento en los varones.