Jesús, manantial de agua viva: sin esta agua el corazón se extingue. “Yo te deseo a ti, solamente a ti: que mi corazón lo repita siempre. Son falsos y vacíos los deseos que nos distraen de ti. Como la noche en la oscuridad esconde el deseo de la luz, así en la oscuridad de mi inconsciencia resuena este grito: yo te deseo a ti, solamente a ti…”. Que esta plegaria de Tagore exprese nuestra sed del Dios vivo. Amén.