Por Alejandro Delgado Morales, periodista.
¿De qué clase son? Simplificar en clase media es apenas aproximarse ¿De qué están hechos y hechas? Se supone que de un ADN oscuro ¿Buscan placer? Hay especialistas que sostienen que sí ¿Provocan como mecanismo de defensa? Aquí no hay coincidencias entre consultados ¿Sólo habitan en Argentina? No, pero en Argentina abundan y lograron un desarrollo significativo. Pechos inflados, miradas altaneras, discursos enredados, militantes del odio y amantes de los espejos.
El coronavirus es puro cuento populista y por eso circulan sin barbijos y desafiando toda recomendación de sentido común sanitario que aparezca en el escenario. La COVID19 es un virus potenciado por malvados gobernantes que no se interpondrá en sus caminos a Miami y afán de tener cada día un poco más (de cosas materiales). Ni Alberto, ni Cristina, ni Axel, ni nadie podrá seguir frenando sus intereses.
La franja más conocida de aludidos está a la vista en televisión y redes sociales, se los escucha en radios y se los lee en diarios y portales. Excede al espacio macrista, claro está. Las calles, en tanto, exhiben a los especímenes de carne y hueso, los de sangre azul. Y no hay vacuna que pueda inocularles ni una pizca de inmunización.
Un chofer de colectivo que reniega de usar barbijo y extender la separación de plástico que lo mantenga a distancia de los pasajeros. Un par de jóvenes que rechaza prudente distancia en una cola equis. Un cuarentón que se pavonea por el barrio paseando a su perro sin barbijo y sin juntar la suciedad de la mascota.
El bocón del supermercado que se esmera por bajar línea anti coronavirus aludiendo a turbias fuentes científicas. La bocona de triple apellido que mientras espera en la cola del banco asegura que el virus fue elaborado en un laboratorio kirchnerista y que las vacunas tienen en realidad agua de la canilla. Un encargado de edificio que derrama contenidos de periodistas vendidos y degradados a serviles del poder en las sombras.
Mentiras por aquí, mentiras por allá. Odio envasado al vacío, ese odio que provoca en ocasiones daños irreparables de generación en generación. Personajes que presentan bien una mentira y la convierten en verdad mediática con una velocidad fenomenal.
La Argentina está sumida en la denominada “segunda ola” de la pandemia: Argentina golpeada por carencias de vieja data y el paso letal del macrismo por el poder. Pobreza, endeudamiento perverso, economías frágiles y complicadas y una sociedad que padeció un año entre cuarentenas y fogoneros de malas vibras.
No existe una posibilidad de alcanzar una unidad elemental de criterios para proyectar algo pro positivo común en mérito a la situación, al menos por un ratito.
Están y estarán los depredadores y las depredadoras. Todo un caso el argentino, interesante como para un profundo estudio científico. Tal vez la neurociencia. Tal vez la psiquiatría evolucionada. Quizás una cumbre global de mentes brillantes… ¿Cómo descular (permítase la vulgaridad) a este tipo de ser argentino? Si, una respuesta a boca de jarro podría ser que “la culpa la tiene el peronismo”. Pero parecería ser la más cómoda.
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La nota fue realizada en el programa de radio “Entre amigos” (red de radios), que conducen Nando Rodriguez y Roberto Zarlenga, acompañados por Eduardo Anguita, Gustavo Marangoni, Gustavo Talaván y gran equipo de producción y coordinación.
El programa se emite por: Late 93.1 (Puerto Madero) Radio El Sol AM 1450 (Puerto Madero) FM Sur 88.9 ( Quilmes ) 97.7 AgenHoy y 105.1 de Lomas
